lunes, 6 de mayo de 2013

Los Reyes que abdicaron

Hoy en día se habla en la opinión pública de que si el Rey debe o no debe abdicar. A lo largo de la historia de España esta actuación no ha sido frecuente, pero si es verdad que si el actual Rey de España abdicara tampoco sería un drama (para los monárquicos, claro esta).

Carlos I de España y V de Alemania
 
El primer Monarca que abdicó fue Carlos I de España y V de Alemania. Cansado y abatido, tras sus múltiples viajes y combatir al luteranismo, se retiro al Monasterio de Yuste, desde donde seguía con interés la política internacional y nacional. Su hijo, Felipe II, en más de una ocasión le pidió consejo y fue allí donde conoció a su hijo bastardo al que el reconoció, Don Juan de Austria, el cual sería embajador y virrey en los Países Bajos. Por otro lado, el Imperio se lo dejo a su hermano Fernando I. Moriría dos años después de su abdicación.

Felipe V de España
 
El siguiente en abdicar fue Felipe V de España, el primer Borbón, que en 1724 le cedía la corona a su hijo Luis, hijo de su primer matrimonio con María Luisa de Saboya. Es probable que su abdicación se debiera a que el Rey saliente tuviera otros planes, como el Reino de Francia, al que no optaba si seguía siendo Rey de España. Sin embargo, la prematura muerte de su hijo (en menos de un mes), propició que volviera a ocupar el Trono español hasta su muerte en 1746.

Amadeo I de España

El otro Rey que abdicó o renunció fue Amadeo I de Saboya, hijo de Victor Manuel II, primer Rey del recién creado Reino de Italia. Éste ha sido el único Monarca elegido por unas Cortes elegidas democráticamente. España en ese momento vivía una serie de conflictos, relacionados con la Monarquía (las guerras civiles carlistas, el ascenso del número de republicanos, golpes de estado ...) y otras no tanto (emancipación de las colonias), aparte de que el General Prim, valedor de Amadeo fue asesinado.  Este es su discurso de renuncia (pueden verlo en la Wikipedia):

"Dos años largos ha que ciño la corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles; todos invocan el dulce nombre de la patria; todos pelean y se agitan por su bien, y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible afirmar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar remedio para tamaños males. Los he buscado ávidamente dentro de la ley y no los he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien ha prometido observarla. "
Senado y Congreso aceptaron su renuncia, proclamándose poco después la I República Española, que resulto desastrosa para el país.

Alfonso XIII de España

El último Rey que renunció como tal fue Alfonso XIII, pero porque no le quedaba más remedio, dada la fuerte agitación del país, tras los múltiples errores durante su reinado (dictadura de Primo de Rivera, falta de libertades, escándalos militares, ...), todo esto propicio que el ABC, periódico monárquico por excelencia, publicara la siguiente carta de puño y letra del Rey Alfonso:


"Al país:

Las elecciones celebradas el domingo (1 2 de abril) me revelan claramente que no tengo el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, y puse el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas.
Un rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez; pero sé bien que nuestra patria se mostró en todo momento generosa ante las culpas sin malicia. Soy el rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra clvil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa.
Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del poder real y me aparto ce España, reconociéndola así como única señora de sus destinos.
También ahora creo cumplir el deber que me dicta el amor a la patria Pido a Dios que tan hondo como yo lo sientan y lo cumplan los demás españoles. "

                                                                                                                                            Alfonso XIII.


Poco después era acusado de alta traición y partía a un largo exilio de la Monarquía que termino con la llegada al Trono de su nieto, Juan Carlos I, actual Rey de España.



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