lunes, 6 de mayo de 2013

Ricardo Zamora, el divino

En la historia del planeta futbolístico ha habido grandes mitos, pero sin lugar a dudas el que rebazo las cotas establecidas fue Ricardo Zamora, la primera figura mediática del balompié; el divino Zamora.


Nacido en Barcelona el 21 de Enero de 1921, muy pronto destaco por sus paradas y sus grandes dotes de liderazgo. De el Santiago Bernabéu llego a afirmar que paraba con la misma facilidad con la que él se bebía un vaso de agua.


El caso es que destaco tanto que su llego a ser una de las primeras figuras o crack mediáticos del fútbol. En la Selección  Nacional llego a jugar hasta 46 veces, una barbaridad para la época y llego a ser uno de los grandes de la historia del fútbol hispano. De el se llego a decir "que si San Pedro era portero en la tierra, Zamora lo era en el cielo".


Su paso como jugador se cimentó en el Español, en el que estuvo durante dos etapas, el Barcelona y el Real Madrid (que perdió el título de Real por la II República) donde culmino su gloria futbolística ganando la Copa de España de 1936 (la última antes de la guerra civil) con una parada antológica que justificaba toda una carrera. En el Madrid ganó 2 Ligas, 2 Copas y 5 Campeonatos Mancomunados.


Una lesión nada más llegar al equipo blanco estuvo a punto de retirarle, pero no sólo se recupero, sino que jugó el Mundial de 1934, demostrando toda su valía. 
En la Selección cimentó su leyenda internacional. Destacó en aquellos juegos olímpicos de Amberes, que supusieron el debut de España, con aquella mítica plata y la leyenda de la furia española, formó parte del primer combinado que ganaba a Inglaterra (4-3 con dos goles de aquel Rey del astrágalo llamado Gaspar Rubio) y consiguieron ser quintos en el Mundial de 1934, tras ser eliminados en el segundo partido contra Italia precisamente en el país transalpino, tras un robo vergonzoso de los árbitros. Zamora no jugó precisamente ese partido por lesión. Muchos dicen que si España hubiese jugado el de 1930 y no hubiese negado a jugar como otros países europeos por la lejanía con Uruguay hubiese sido campeona.  Una serie de encuentros seguidos que España ganó 1-0 en los años 30, nos dejó otro dicho: "uno cero y Zamora de portero". Fue 46 veces internacional (1920-1936).


Pero su leyenda, no quedo exclusivamente en los terrenos de juego. Zamora llego a alcanzar cotas tan altas que más de un portero de la época y posterior era comparado con él. De un mal portero se decía "no es precisamente un Zamora" o de uno bueno, "es un segundo Zamora". Guardametas posteriores como Dino Zoff o Lev Yashin (la mítica araña negra soviética) lo tenían como referente.


Para la posteridad nos dejo la parada conocida como la zamorana. Una suerte de parada o despeje con el codo (evitando todo problema de cara a posibles segundas jugadas), aunque él decía que la copió de otros.


Ya retirado, entreno a diversos equipos (Atlético Aviación, Celta, Español, Selección Nacional, ...) y fue director deportivo del Español, trayendo a Di Stéfano al club perico. Zamora el más grande entre los grandes, su apellido le dio nombre al Trofeo al portero menos goleado de la liga. Zamora: un mito que perdura en el tiempo. 

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