sábado, 1 de junio de 2013

La moralidad en política

En el Parlamento andaluz han dado un pasito para adelante y otro para detrás con el tema de la subida de dietas. Resulta escalofriante que en cosas que nos afectan a todos los ciudadanos y la sanidad no se pongan de acuerdo y para subirse el sueldo y las dietas da igual que seas de derechas o de izquierdas que en menos de lo que canta un gallo se ponen de acuerdo. Pero el paso para atrás llegó cuando el Presidente del Parlamento suspendió la subida de dietas ante las críticas recibidas. Tienen más cara de espalda.

 
Y eso me lleva a un tema capital. La falta de moralidad por parte de algunos políticos, los cuales gestionan lo público y por lo tanto el dinero de su región o país que es el de todos. Siempre hemos dicho que un político no sólo tiene que ser honrado, sino parecerlo. Efectivamente. Un político sea del signo que sea tiene que ser honrado. Pero no estoy hablando de la corrupción que hemos visto estos últimos años (la que nos hemos enterado), sino de la corrupción moral, la que lleva a determinado dirigente a gastarse no se cuanto en algo que va para su beneficio personal y no el de los ciudadanos (Cataluña con la independencia o ahora Valencia contratando a un coach) o subirse el sueldo, las dietas o ir en primera clase de un avión porque soy el mejor y cada cuatro años me votan los ciudadanos.
Es una cosa muy sería y no me hartare de repetir que muchos ciudadanos estamos cansados que determinados políticos que llevan tanto tiempo en política que no han echo otra cosa en su vida, se gasten el dinero en cosas innecesarias y se aprovechen de un sistema democrático para corromperlo con sus manejos espúreos y que sólo buscan su placer personal. La Democracia nunca se librara de personajes de este tipo, pero los partidos políticos deberían censurarlos y echarlos de sus filas. En la clase dirigente debería estar la elite del país, gente que trabajando en lo privado (o lo público por qué no) han demostrado su valía y se han ganado el respeto de sus ciudadanos. Gente que en definitiva no esta ahí porque ha medrado en política, sino por que se lo ha ganado. Gente que ve que sus ciudadanos están sufriendo por la difícil situación económica, no sólo no se sube el sueldo, sino que se lo baja. Esto es empatizar con el ciudadano, algo que falta en este país llamado España.

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