martes, 16 de julio de 2013

Genios de la Literatura: Luis de Góngora

Góngora representa todo un fenómeno literario dentro del Siglo de Oro de las Letras Españolas. Todo un lujo poder contar con la poesía gongoriana a la que sus admiradores (entre, como amante de la buena literatura, me encuentro) de la más bellas escritas en castellano.


Luis de Góngora y Argote nació el 11 de Julio de 1561, en Córdoba. Parece ser que nació en la casa de su tío Francisco Góngora, racionero de la catedral, aunque esos datos son poco fiables. Apenas sabemos nada sobre su infancia. Lo que si podemos afirmar es que tenía tres hermanos: Francisca, María y Juan. Probablemente realizara sus primeros estudios en el colegio que dirigían en su ciudad natal los Jesuitas. El talento del joven Luis, hizó que su tío le confiriera los beneficios eclesiásticos de la ración catedralicia que lo convertirá en clérigo a la temprana edad de catorce años. A instancias de su tio, fue a estudiar a la Universidad de Salamanca, tomo órdenes menores en 1585 y siendo canónigo beneficiado de la catedral cordobesa sería amonestado por el Obispo Pacheco por acudir pocas veces al coro, por su vida disoluta o escribir versos satíricos, los cuales serían su primera aproximación a la literatura.
Don Luis destacaba por su mucha cultura y hablar en varias lenguas con cierta soltura, atreviendose a componer versos en otra parla que no fuera el castellano. 
En 1609 regresaría a su tierra natal donde intensificaría su labor literaria con romances, coplas y sonetos que hacían las delicias de aquellos que los oían o leían. Góngora daría nombre a un concepto estético literario el gongorismo, que también conocemos como Culteranismo. En ellas podemos ver un embellecimiento de la realidad. Podríamos decir que el Culteranismo tenía su origen en la poesía latina de donde extraía muchas de sus palabras. Uno de sus mayores legados es "Soledades", una recopilación de versos que resulta ser un gran homenaje al Culteranismo.

"Soledades", una de sus grandes obras
 
Pero, no todo iban a ser alegrías para Góngora. Precisamente uno de sus enemigos literarios lo encontró en la confrontación entre hacer un tipo de poesía u otro. Francisco de Quevedo, defensor del Conceptismo, fue uno de sus grandes rivales (me atrevería a decir mortales) pasando de ridiculizar a Góngora y desearle lo peor. Pero el cordobés no se quedo atrás y así podemos leer en uno de sus versos:
Hoy hacen amistad nueva
más por Baco que por Febo
don Francisco de Que-Bebo
don Félix Lope de Beba
Como podemos ver, Góngora hace alusión a que Quevedo, al igual que Lope de Vega (otro de sus grandes enemigos literarios) eran aficionados al dulce néctar de la bebida. Cuando no era uno, era otro el que contratacaba. Quevedo se reía habitualmente de Góngora, aludiendo a que era jorobado, además de ser judío (en aquella época, la limpieza de sangre lo era todo) diciendo que su nariz no escondía lo que todos ya sabían. De hecho el poema de la nariz (erase una nariz sayón y escriba, ...) esta dedicado al genio cordobés. Sin embargo, Góngora solía hacer referencia a la vida algo disipada de Quevedo, así como a su cojera.
El caso es que independientemente de estas trifulcas, tanto Quevedo como Góngora, son dos genios de las artes castellanas.

 
A pesar de las sátiras de Quevedo, la figura de Góngora se agrando más si cabe. Felipe III le nombró capellán real en 1617, viviendo en la Corte hasta 1626, donde se arruino consiguiendo prebendas para sus familiares. En aquellos años, el Rey era Felipe IV, aunque todo lo que pasaba en la Corte (los telemanejes) dependía del Conde-Duque de Olivares. El hombre más poderoso de la tierra.
Góngora completamente arruinado regreso a Córdoba donde no le quedaba nada más que su casa natal. En esos últimos años de su vida, perdió de forma progresiva la memoria. Los años de Gloria del gran genio cordobés habían pasado. 

Monumento a Góngora en Salamanca, ciudad en la que estudio

Fallecería en su ciudad natal, el el 23 de Mayo de 1627. Se iba uno de los grandes de la literatura en el gran Siglo de Oro Español. Como homenaje a poeta tan grande, que mejor que uno de sus más grandes poemas:

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,

Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,

No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Y así efectivamente. La vida es alcanzar una etapa gloriosa, hasta quedarnos en la nada más absoluta. Algo que es equivalente a una época, en la que se veía que el Imperio Español, a pesar de mantener sus posesiones estaba cayendo en una pequeña decadencia. Pues así acabamos todos: de una vida plena a irnos a la nada para no volver jamas.
Su vida y obra se pueden consultar en: Luis de Góngora - Wikipedia

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