jueves, 1 de agosto de 2013

¡Ay, Leni, Leni, ...!

Cuando los nazis desgraciadamente llegaron al poder, gran parte de la intelectualidad germana tuvo que hacer las maletas, entre ellas las figuras más grandes de su cine. Pero otros se quedaron. Entre ellas una directora con un futuro muy prometedor: Helene Bertha Amelie Riefenstahl a la que desde muy pequeña sus familiares llamaban cariñosamente "Leni". Finalmente pasaría a la historia como Leni Riefenstahl.

 

Leni había comenzado su carrera como actriz (trabajó en unas cinco películas), aparte de iniciar su carrera artística como bailarina, pero su fama internacional la obtendría en su papel como directora con una película "La Luz Azul", que gano el Festival de Venecia en 1932. Cuentan que cuando fue a visitar al médico debido a una lesión de rodilla (que la retiró temporalmente del baile), quedó impactada al ver un póster de una película, decidiendo ser estrella de cine. Si algo aprendió Leni, como actriz y como cineasta es que gracias al cine, las imagenes tenían un poder tremendo.

 
Precisamente en 1932 había asistido por primera vez a los mítines de uno de los lideres más en alza de Alemania, Adolf Hitler. En Leni debió ser un boom, escuchar la verborrea de tal personaje, puesto que le ofreció su colaboración enseguida. La labor propagandista que ejerció Leni para los nazis fue ingente y muy efectiva. 

Filmando "El Triunfo de la Voluntad"

Con la llegada al poder de los nazis y la perdida de todas las libertades, Leni siguió colaborando para los tiranos, llegando a producir tres grandes películas, que serían conocidas como la Trilogía de Nuremberg, lugar de reunión frecuente del partido nazi:
  • Der Sieg des Glaubens (Victoria de la fe, 1933)
  • Triumph des Willens (El triunfo de la voluntad, 1934)
  • Tag der Freiheit: Unsere Wehrmacht (Día de libertad: nuestras Fuerzas Armadas, 1935)
Pero el éxito lo alcanzaría con su filmación en dos partes de los Juegos Olímpicos que se celebraron en Berlín. Es una propaganda nazi, nadie lo discute, pero también resulta histórico en tanto en cuanto fueron las primeras imagenes en movimiento mostradas al publico del acontecimiento deportivo por excelencia. Los encuadres, primeros planos y camaras lentas supusieron todo un hito del cine y Leni, junto al cámara Walter Frentz, hizo un trabajo soberbio (es la pura verdad).

 
Leni tuvo una relación muy estrecha con muchos dirigentes nazi, aunque según parece que se llevaba mal con Goebbels que, curiosamente, era el jefe de propaganda y todas lo que pretendía publicarse debía pasar por él.

Saludando a Hitler

Mucho se hablo de la relación que tuvo con Hitler. Muchos hablan de que era su amante (no sabemos que tenía el tipo que su influjo era muy poderoso para algunas féminas), pero nunca se comprobo, siendo ella misma la que desmintió tal supuesto.


Sin embargo, nunca hemos sabido si Leni estaba de acuerdo con todo lo que hacían los nazis, especialmente en relación a su política hacía los judios. 
Lo que si es verdad, es que ella negó total veracidad al holocausto, aunque finalmente se desdijó. Mucho se le acusaría de que sólo hizo tal cosa para no ser declarada culpable. El caso es que a Leni sólo se le acuso de ser simpatizante del nazismo.


Tras esa tormentosa época, se dedico a la fotografía, una cualidad en la también destaco. Nunca sabremos lo que habría sido Leni si no hubiera unido, en parte, sus destinos a los enemigos de la raza humana, pero si podemos saber es que Leni ha sido una de las grandes cineastas de un país que vivió en una constante ebullición y que nos dejo un trabajo sublime, aunque el dato objetivo es que era mera propaganda para el dictador y sus secuaces. Se casó dos veces y murió en 2003 cuando tenía 101 años.

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