jueves, 15 de agosto de 2013

Egipto va desgraciadamente hacía la guerra civil

Hace unos meses, cuando derrocaron al Presidente elegido democráticamente en Egipto, dije que de las revoluciones, ni golpes de Estado viene nada bueno y desgraciadamente se ha cumplido punto por punto lo que dije, algo que es triste, pero era evidente.

 
Hasta este momento ha habido más de 500 muertos (y aumentado) y más de 3.000 heridos en una noche que resulto toda una masacre que ha obligado a dimitir al vicepresidente, el cual fue Premio Nobel de la Paz. Egipto, visto lo visto, no tiene solución y la situación puede volverse aún más sangrienta. Y todo por no aceptar la decisión de las urnas que aunque solventaron por un escaso margen que ganara un musulmán, eso no le quita validez a su legitimidad. Pero aceptar la decisión de la mayoría de las personas para determinadas personas es muy difícil y más cuando no se tiene una verdadera cultura democrática.
La confrontación civil es ya inminente. Y para colmo parece que a las potencias extranjeras, aquellas que parece que hicieron tanto por la derrocación del dictador (todo por interés, más bien) ahora miran para otro lado, en especial una: los Estados Unidos de América que vivió muy bien mientras el dictador egipcio estaba en el poder y que sigue proveyendo de "ayuda" al ejercito del país, el cual fue el que derrocó a Presidente elegido (lo reitero) por el pueblo egipcio. Es por eso que los dirigentes de los Estados Unidos, nación que no destaca precisamente por ser amiga de la Paz y la Democracia (a la historia me remito) evita en todo momento hablar de golpe de Estado.
Unos portan las armas que matan a inofensivos civiles, pero el pecado de otros es mayor. El llevar a un país a una de las desgracias más grandes que le puede sobrevenir al ser humano: la guerra civil.

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