lunes, 5 de agosto de 2013

El burro y el descenso del paro

Cuentan que hace bastante tiempo, existía un dirigente que cada vez que algo salia bien, tuviera que ver con él, se echaba flores, diciendo que gracias a sus leyes y a su forma de hacer las cosas, la gente tenía calidad de vida, añadiendo que si no fuera por él, estarían literalmente en la miseria. Viendo tal desfachatez de dicho personaje, Tomás de Iriarte, uno de los grandes literatos de ese tiempo, escribió una fabula a la que título el burro flautista. Ésta trataba de un burro que paseando, por casualidad, se encontró con una flauta que un chico olvido, por casualidad. El burro al acercarse a la flauta, soltó un resoplido, por casualidad, sonando el instrumento, por casualidad. El burro quedó tan contento que el mismo se decía: "Que bien suena la flauta. Para que luego digan que es mala la música asnal". La moraleja era clara y tajante: "Sin reglas del arte, cuantos burros hay, que una vez aciertan por casualidad".
En esa fabula, me he parado a pensar infinidad de veces cuando determinados políticos ensalzan sus leyes cuando las cosas van bien cuando en realidad se debe a cosas que no están precisamente en su poder. Una de ellas es el descenso del paro. Infinidad de políticos de un signo y de otro, saliendo ante los medios de comunicación, hablandonos de que "las cosas están saliendo bien, pero hay que seguir trabajando en ello". ¿Las cosas bien? ¿Trabajando en ello?

 
Los que verdaderamente generan en empleo son las empresas, generalmente pequeñas y medianas, las cuales representan el autentico motor del país. Ninguna ley, acabara con el paro, aunque puede dar con las condiciones disminuya. Si el paro ha disminuido es precisamente por la llegada del verano en el que, en mi opinión, dependemos bastante. 
Las palabras de los políticos son palabras vacías que no tienen ninguna veracidad en la situación actual. Lo peor es cuando determinados canales que pagan todos (en concreto, la televisión canaria) nos dicen que en el último año, la subida del paro ha disminuido. ¡Menuda cara tienen!
En la política española, hay muchos que piensan como ese burro flautista que se creía un as de la canción porque un día, por casualidad, soltó un resoplido, por casualidad, a una flauta perdida, por casualidad.

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