miércoles, 4 de septiembre de 2013

Todos son malos

En una guerra siempre de forma inconsciente se declaran partidarios o de unos o de otros. Eso siempre ha sido así desde que el mundo es mundo. Eso ha llegado hasta el punto que, de cara a la opinión pública, determinados dirigentes de muy dudosa reputación, justifiquen las guerras.


Pero que la gente no se engañe. Independientemente de quien la inicio, en todas y cada una de las guerras, todos son malos. Porque en las guerras siempre el que alega una acción inmoral como asesinar a civiles desarmados en base a que quiere acabar con una dictadura, tampoco es digno de nuestra confianza. Los rebeldes mucho antes que se comenzara a hablar de armas químicas por parte de la dictadura siria, ya las habían utilizado, es mas, llevan dos años y medio en una cruenta guerra civil en la que sólo ha quedado claro una cosa: son tan tiranos los que gobiernan (dictadura), como los que están en contra.
Y eso no es algo propio de Siria, sino del llamado mundo árabe. Recordemos cuando se produjeron todas esas manifestaciones en Egipto por la "libertad" hasta el punto de derrocar a un dictador y de elegir libremente a un señor como Presidente. Como ese señor no les gusto, al cabo de unos meses los mismos que pedían libertad, pedían su derrocamiento como así mediante un golpe de Estado por parte de un ejercito al que los Estados Unidos vende armas. Y resulta que casi dos años después del derrocamiento del tirano egipcio, resulta que están a punto de entrar en un conflicto civil por derrocar a un señor al que habían elegido por mayoría, escueta, pero mayoría.
Podría poner más ejemplos de como tantos unos como otros son malos y son personajes despreciables que lo único que les interesa es tener la razón. Incluso nuestra guerra civil tuvo sus más y sus menos cuando en el 34, los comunistas y los socialistas intentaron acabar con el régimen que ellos mismos querían hace sólo tres años (ese año gobernaba el Partido Radical con el apoyo de la derecha y, claro, eso de que no gobernaran ellos no les sentó muy bien) y en el 36, los militares, en los cuales sólo primaban sus intereses y no los de España, se sublevaron contra un régimen corrupto y asesino, cuyo Gobierno, que era de extrema izquierda, estaba incomprensiblemente en el poder, tras anularse miles de votos que casualmente iban dirigidos a la derecha. Hubo una cruenta guerra civil en la que TODOS cometieron todo tipo de tropelías y asesinatos y que debería hacer caer la cara de vergüenza a aquél que defienda tanto a los republicanos como a los sublevados.
Por eso, en resumen, decir que no hay guerras justas, ni injusta. Hay guerras terribles. En una guerra no hay buenos, ni malos. Hay seres despreciables y mezquinos dipuestos a acabar con la vida de una persona porque, según ellos, tienen la razón. Y mientras miles de personas, que no se han metido con nadie, tienen que huir de los conflictos con un futuro muy incierto. 

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