Ni el fútbol, ni cualquier disciplina deportiva. El ejemplo ilustrativo lo marco un individuo que se atrevió a lanzar al campo de Villarreal un bote de humo con el perjuicio a jugadores y aficionados. Ésto no macha al fútbol de por sí, sino a todos los aficionados que desde la deportividad y entusiasmo van a apoyar al equipo de sus amores.
Es un ejemplo, pero no el único. En los terrenos de juego hemos visto como se tiran mecherazos, cabezas de cochino, botellazos, etc., lo que pone a las claras el como algunos individuos no pueden entrar a ningún campo. El fútbol, como todos los deportes, es una actividad noble en la que se debe saber ganar y perder. Siempre se debe ser deportivo. Esa gente a los que podríamos denominar cafres no deben entrar a ningún recinto.
Y aquí entran el como los diferentes equipos de fútbol y la Federación de Fútbol actúan frente a ésto. En primer lugar, desde el club se debe colaborar y no que pase como cuando le tiraron una botella a Casillas en el campo del Sevilla y enseguida los recogepelotar fueron a llevarse el objeto del delito. Tampoco la Federación debe actuar cerrando los campos porque pagan justos por pecadores y mucho menos como ha hecho hasta ahora en la que algunos equipos tienen la cruz y otros la cara como determinado equipo azulgrana, que no es precisamente el Levante.
El fútbol es un deporte en el que se gana o se pierde. Y es precisamente desde esta premisa por la que deben regir jugadores, aficionados, clubes, federación, etc. No se puede consentir que una práctica deportiva, se convierta en una batalla campal. Un lugar a donde se viene a otra cosa. Un deporte al que muchos somos aficionados y que algunos están convirtiendo en un lodazal por esa razón y por otras muchas más.
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