viernes, 9 de mayo de 2014

Los discursos cinematográficos

En los albores del cine, fueron muchos los que, asombrados con un invento como el cinematógrafo, quisieron poner su granito de arena en un mundillo que estaba empezando, pero comenzaba a ganar adeptos gracias a la novedad de ver imágenes en movimiento.
El cine era mudo, pero eso no quitaba para que reflejara una realidad desde el punto de vista del director. Así se crearon los llamados discursos cinematográficos que dominaron el cine de aquellos años y, como en el caso de Griffith, han valido para los cineastas actuales. Éstos son el discurso de los Lumieré, el de Meliès y el de Griffith.
El discurso de los Lumière
Como todo el mundo sabe, estamos hablando de los creadores del cinematógrafo y es lógico que estos hermanos hicieran más de una prueba con su invento. De ahí se deduce que intentaran plasmar la realidad social de su tiempo, que abarca finales del Siglo XIX y principios del XX.


Ésto hizo que el publico comenzara a fijarse cada vez más en el invento, ya que el hecho de mostrar imágenes en movimiento era lo último de lo último.


El discurso de Meliès
La idea de George Meliès fue dotar, en cierta medida, de vida a sus películas con escasos diálogos, pero con mucho contenido. La imagen en Meliès, aun primaba más, que el argumento en sí.


Así vemos como sus puestas en escena son más propias de la tradición carnavalesca y de las fiestas, dandole un aire fantasmagorico a sus obras. Otro grande que se inspiro en este discurso fue el cineasta español Segundo de Chomón, cuyas obras en su mayoría estan dirigidas en Francia. De hecho, muchos lo consideran el "Meliès español".

El discurso de Griffith
Por otra parte, el gran cineasta D. W. Griffith, sin quitarle importancia a la imagen (de ahí sus grandes decorados), le da un carisma vital a la historia, creando un lenguaje cinematográfico único. La imagen no sólo sigue siendo importante, sino que el argumento y dialogo adquiere una relevancia única para seguir la historia. Nace, por lo tanto, el relato cinematográfico.


Este discurso perdura a día de hoy y con la llegada del cine sonoro se hizo aún más relevante. Dada la importancia que adquirió, se considera a Griffith como "el padre del cine moderno". Con él y otros grandes, el cine se extendió por todo el mundo.

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