martes, 29 de julio de 2014

Clásicos Inmortales: Doce Hombres sin Piedad

Antes que nada, hay que decir que esta película se desarrolla exclusivamente en la sala de jurado. Esto no sólo simboliza su origen, el teatro, síno el ambiente claustrofobico necesario para "delatar" a cada uno de los personajes. 


La película comienza con un jurado que se sienta a deliberar sobre el asesinato de un hombre supuestamente perpetrado por su propio hijo. Todo esto en el mencionado ambiente claustrofobico que representa la sala de deliberación, algo que se ve incrementado con el insoportable calor.
Casí todos los miembros del jurado parecen tenerlo claro: el chico es culpable. Pero hay uno que no parce tenerlo claro. Éste es el miembro número ocho (Henry Fonda), que ve una duda razonable en la acusación formulada hacía el chico. 

En busca de la verdad

Una de estas el supuesto cuchillo encontrado en el cuerpo de la victima parecido a uno que había perdido el hijo. El propio miembro número ocho les muestra uno identico, demostrando que cualquiera puede tener un cuchillo parecido, por lo que no es una prueba evidente. El hecho de que la víctima no recordara la película que supuestamente estaba viendo cuando su padre era asesinado no demuestra nada, puesto que en medio del shock traumatico que pudo suponer la muerte del propio progenitor pudo haberle hecho olvidar el título de la misma. 


También, poco a poco, se va demostrando la incoherencia por parte de los supuestos testigos, que sí bien es verdad que oyeron algo, no pudieron ver en ningún momento el rostro del asesino, ya que varias circunstancias físicas como la cojera en el caso de uno o de la ceguera en el caso de otro, imposibilita la fiabilidad de sus testimonios.


A medida que desde el miembro número ocho va demostrando cada una de las "dudas razonables", que van surgiendo: todos y cada uno de los miembros del jurado van quitandose de encima sus prejuicios hacía el chico, algo que en muchos casos es debido a sus propias circunstancias personales. 
Es de destaca como la presión grupal inicial, que hace votar lo que piensa la mayoria, se va mermando poco a poco a medida que van saliendo nuevas pruebas, que hasta ese momento no habían sido analizadas. La intriga de saber qué decidida el jurado, hace que el espectador se meta de lleno en la historia, viendo como actuan cada uno de sus miembros frente a la posibilidad de llevar a un chico joven a la pena de muerte. 


Finalmente, el joven es absuelto. Cabe decir que ni siquiera se insinua que el hijo sea inocente, pero esta claro lo que la obra pretende demostrar es que un jurado por encima de subjetividades propias, tiene que ser objetivo y valorar si existe una "duda razonable" frente a esa acusación. Esta claro que hay una crítica velada a la pena de muerte y hacía los jurados, que en muchos casos se comportan de forma aleatoria e irracional. A destacar la maravillosa actuación de todos y cada uno de los miembros del jurado, especialmente de Henry Fonda en la que podríamos decir es una de las grandes obras judiciales de la historia.

Ficha

Dirección
Sidney Lumet
Producción
Henry Fonda
Reginald Rose
Guión
Obra: Reginald Rose
Música
Kenyon Hopkins
Fotografía
Boris Kaufman
Montaje
Carl Lerner
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1957
Género
Drama
Duración
95’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Martin Balsam
Jurado nº1
 John Fiedler
Jurado nº2
Lee J. Cobb
Jurado nº3
E. G. Marshall
Jurado nº4
Jack Klugman
Jurado nº5
Edward Binns
Jurado nº6
Jack Warden
Jurado nº7
Henry Fonda
Jurado nº8
Joseph Sweeney
Jurado nº9
Ed Begley
Jurado nº10
George Voskovec
Jurado nº11
Robert Webber
Jurado nº12
 
Premios
BAFTA

Categoría
Persona
BAFTA al Mejor Actor Extranjero
Henry Fonda

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