sábado, 5 de julio de 2014

La cuestión de San Borondón

Esta leyenda es muy antigua y corresponde a una época muy concreta. Cuentan que durante el viaje evangelizador del Monje Brandán (conocido como el navegante), también llamado Barandán, Borondón o Borombón, él y sus hombres decidieron celebrar la Pascua sobre una de las islas que encontraron. Ésta se hallaba desprovista de vegetación. Tras la celebración decidieron encender una hoguera para calentarse y cuando se sentaron en torno al fuego, se asustaron al comprobar cómo la isla comenzó a moverse. Se dirigieron rápidamente a su barco y se alejaron precipitadamente de ella. Se trataba, en realidad, del pez gigante llamado Jasconius, el cual les condujo hasta las proximidades del Paraíso. Esta sería la posteriormente identificada como Isla de San Brandán, la cual como el pez Jasconius aparece y desaparece, ocultándose a los ojos de quienes la buscan.


Dicha tradición asegura que tal suceso tuvo lugar en las aguas cercanas a las Islas Canarias, por lo que formó parte del imaginario colectivo de las islas. A partir de ahí surgió la idea de la isla que aparecía y desaparecía soprendentemente. Dicha isla en Canarias se llamo Isla de San Borondón en honor al Monje y hasta la actualidad son muchos los que han dicho haberla visto entre el triángulo que forman las islas de la Palma, la Gomera y el Hierro.


El caso es que durante épocas no tan lejanas se tomo tal leyenda como algo cierto hasta el punto de llegar a cartografiarse y tener un Capitán General, Francisco Fernández de Lugo, el cual pidió licencia cerca de 1517 para que una vez "conquistada", ésta fuera de sus dominios. Un ejemplo clarificador lo tenemos en que por el Tratado de Alcáçovas, suscrito entre España y Portugal el año 1479 para repartirse territorialmente el Atlántico aún por navegar, se especificaba que San Borondón ("aún por ganar") pertenecía al Archipiélago Canario.
Magallanes, durante la histórica expedición de la vuelta al mundo, nombró Samborombón a una bahía ubicada en la actual Buenos Aires, Argentina, debido a la creencia de que había sido formada por el desprendimiento de la Isla de San Borondón del continente americano.

La isla-pez

Lo llamativo es que hubo muchos navegantes casuales que aseguraron pisar dicha isla, aunque siempre que había una expedición en busqueda de su "conquista", nadie conseguia hallarla. Muchos aseguran que esos "visitantes", aquellos que aseguraron pisarla, en realidad la confundieron con alguna de las islas Canarias. La esquiva isla llego a ser motivo de obsesión incluso para Reyes como Felipe II, hasta el punto de que su ingeniero Leonardo Torriani, encargado de realizar un mapa para fortificar las Islas Canarias a finales del siglo XVI, describe sus dimensiones y localización. También grandes estudiosos canarios como don José de Viera y Clavijo se cuestionó en su "Noticias de la Historia de las Islas Canarias" la existencia de tal esquiva isla. ¿Estamos ante una confusión que derivó en una especie de histeria colectiva, un fraude que duró mucho tiempo o una isla real que aparece por arte de magia?

José de Viera y Clavijo

Ya durante el Siglo XIX disminuyeron los "testigos" de la aparición de San Borondón (el Siglo XVII fue muy proclive en dichos avistamientos), aunque el Siglo XX nos trajo las "pruebas fotográficas" de la supuesta isla de San Borondón, llegando a aparecer una en el ABC, siendo ésta tomada por Manuel Rodríguez Quintero durante los años 50, aunque es de muy mala calidad. Incluso hay videos en Youtube, que pretenden demostrar la existencia de la isla fantasma.
Independientemente de su discutida existencia, San Borondón forma parte de la cultura canaria y de cada uno de nosotros; los canarios. Todo un símbolo de la historia de las Islas Canarias el de esta supuesta isla (a la que le han dedicado canciones como la de los Sabandeños que les muestró al final de este post, la leyenda de San Borondón"; nombres de bares y hasta calles), que recibió a lo largo de la historia los apelativos de la inaccesible, la fantasma, la encubierta, la encantada o la non trubada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario