viernes, 7 de noviembre de 2014

Clásicos Inmortales: Todos los Hombres del Presidente

Este es el arquetipo de película en el que se ponen de manifiesto las miserias humanas en las que el poder y el dinero juegan un papel importante. Un papel en el que todo vale con tal de acabar con la oposición política hasta el punto de utilizar los resortes estatales para ello. 


La película comienza con la imagen de Nixon siendo ovacionado por los representantes de las dos cámaras, del Tribunal Supremo y por los miembros del cuerpo diplomático acreditado en Washington.  Unos días después, un guardia de seguridad de las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata en el hotel Watergate descubre una puerta abierta y creyendo que hay un robo, llama a la policía, siendo enviados los agentes que se encontraban más cerca del edificio. Cuando éstos llegan, descubren a cinco individuos trajeados a los que detienen acusándolos de intento de robo.

Pillados

El Washington Post, uno de los más grandes y prestigiosos periodicos del país, envía a cubrir la crónica a Bob Woodward (Robert Redford) en los tribunales. Desde el principio a Woodward le llama la atención que unos simples ladrones tengan abogado propio y que tuvieran equipos de escuchas. En la sala hay un prestigioso abogado al que Woodward trata de sonsacar alguna información, pero éste se niega a ello.


Los presuntos ladrones son acusados de atraco a mano armada. Durante el juicio uno de ellos, James W. McCord, declara que trabajó en el pasado para la CIA, lo que lleva a que en el periódico tengan la sospecha de que las verdaderas intenciones de los cinco hombres no era robar, sino expiar al jefe del Partido Demócrata. Todo parece confirmarse cuando Carl Bernstein (Dustin Hoffman), otro periodista, descubre que los acusados eran conocidos miembros de la CIA.


Uno de los policías encargados de la investigación llama a Woodward, contandole que en las agendas de varios de los detenidos figuraban unas siglas, H.H. y C.B., y en las de otro Howard Hunt y Casa Blanca.
Woodgard llama preguntando por Hunt, que es un antiguo escritor de novelas de espías, y le remiten al despacho de Charles Colson, el consejero más importante del Presidente Nixon. Cuando consigue hablar con Hunt y le pregunta el motivo de que su nombre este en las agendas de los detenidos por el Watergate, éste reacciona con evasivas, alegando de que el asunto esta en los tribunales. La cosa no parece mejorar para Hunt que que se enteran de que también fue miembro de la CIA, siendo consejero de Colson y asesor de prensa.
Simons (Martin Balsam) quiere encargar el asunto a alguno de sus redactores de política, pero su jefe inmediato, Rosenfeld (Jack Warden), le convence para que mantenga a Woodward, a pesar de que lleva sólo nueve meses en el periódico, porque lo ve ambicioso y se pone a trabajar codo con codo con Bernstein.


Bernstein habla con una mujer que fue secretaria de uno de los asesores de Colson y le preguna por Hunt. Ella le cuenta que se rumoreaba que realizaba algún trabajo de investigación respecto de Ted Kennedy y la muerte de su secretaria, habiendo sacado varios libros de la biblioteca de la Casa Blanca.
Woodward llama a dicha biblioteca para interesarse por los libros sacados, pero le contestan que no costa el que se sacaran dichos libros. Sin embargo, llama a la bibliotecaria que le confirma que sacó muchos libros y que lo consultará. Sorprendentemente, cuando ésta regresa al teléfono le dice que en realidad no consta que esa persona sacara los libros mencionados. A pesar de lo extraño del asunto, Ben Bradlee, el editor, les pide que consigan pruebas más solidas.
Woodward recibe dentro de un periódico una nota de alguien que dice estar dispuesto a pasarle información respecto del asunto que investigan, quedando en que se verán a las dos de la madrugada en un parking público.
Su contacto, al que llamará "Garganta Profunda" (Hal Holbrook) por su voz ronca, dice ser un alto funcionario de la administración Nixon. El periodista le pregunta lo que sabe. Por otra parte, el desconodido le dice que debe seguir el rastro del dinero.

Un informante misterioso

Sin embargo, el New York Times se les adelanta informando de la existencia de un listado de llamadas de los acusados al comité de reelección del Presidente y de varias transferencias del Partido Republicano por valor de 89.000 dólares a un abogado mexicano tres meses antes del asalto a la sede del Watergate y, por lo tanto, de la detencios de los acusados.
Investigando las transferencias, Bernstein consigue que el encargado de la investigación le muestre esos cheques. Todos estan al portador, encontrando entre elloss un cheque por valor de 25.000 dólares, en el que aparece el nombre de Kenneth Dahlberg. A Dahlberg lo localizan en Minnesota, llamándole para preguntarle por el cheque, que se encontraba en posesión de uno de los acusados. Él les dice que lo entregó al comité de reelección de Nixon, reconociendo que se lo dio a Stunts, jefe de finanzas del Presidende, desconociendo el destino del mismo y, por lo tanto, del dinero.


Consiguen gracias a Sally (Penny Fuller), una de sus compañeras, que tuvo un novio miembro del comité de reelección, un listado con los miembros de dicho comité. La idea es saber la conexión entre ellos. El caso es que, por otro lado, les cuentan que hubo una destrucción de documentos.
En medio de estos descubrimientos turbios, Nixon es elegido por su partido para optar a la reelección, alcanzando las actuaciones de los tribunales solo a los cinco ladrones, a Hunt y a Liddy.
Bernstein consigue hablar con la contable de Sloan, tesorero del partido y encargado de los asuntos financieros de Stunts, el jefe de finanzas. Le pregunta por los 350.000 dólares que el tribunal de cuentas dijo que había en la caja fuerte del comité de reelección. Ella le contesta que el dinero que manejaban era mucho mayor, y que existia una lista de 15 nombres que percibían varias cantidades, aunque no puede decir que dichos ingresos estuvieran relacionados con Watergate.

Las noticias se suceden

Le preguntan por el nombre de las personas que podían manejar dichos fondos, consiguiendo que les de las iniciales de tres de los que trabajaban a las órdenes de Mitchel, Ministro de Justicia y presidente del comité de reelección, P, L y M. Parece que se trata de Liddy, Porter y Magruder, segundo de Mitchel, del que Sloan era el testaferro.
Para aclarar todo, deciden hablar con Sloan (Stephen Collins), ya retirado y a punto de ser padre, que les dice que el dinero que se manejaba era superior al millón, confirmando que había cinco personas, y los nombres de los implicados, incluyendo a Stunts, que tenían capacidad para decidir sobre dichos fondos, aunque no consiguen que Sloan les de ningún nombre. Los periodistas piensan que esta implicado el abogado personal de Nixon, reconociendo que bastaba una llamada a Mitchel para que diera el visto bueno a los pagos de Liddy.


A pesar de que Mitchel afirma a Bernstein que todo es una calumnia, el periódico publica que éste controlaba los fondos secretos para espiar al Partido Demócrata mientras era Ministro de justicia, algo que se niega tajantemente desde las instancias del poder.
Un miembro del F.B.I. habla con Bernstein, diciendole que les han echado una bronca al ver que sus informes son publicados punto por punto, y le dice que todo lo publicado por ellos es cierto, excepto lo de Mitchel, que ellos niegan conocer.
Sus investigaciones les llevan a Segretti (Robert Walden), un abogado, que sorprendentemente se hallaba en cada una de las ciudades en que se iban a celebrar las primarias del Partido Demócrata. Su objetivo:  coordinar las labores de un grupo dedicado a sabotearlas. Bernstein habla con Segretti, que niega haber hecho nada ilegal, aunque le confirma su labor como saboteador, habiendo llegado a trabajar para los propios republicanos.


"Garganta Profunda" les confirma que Mitchel estaba al tanto de todo y de los actos de sabotaje que se llevaron a cabo contra los candidatos del partido demócrata. Por otra parte, Sally les proporciona una pista sobre los sabotajes, dándoles el nombre de Colson, ayudante del director de comunicaciones de la Casa Blanca, como autor de una carta difamatoria contra el candidato demócrata en la que se decía que éste había hablado mal de los canadienses. En un principio Colson lo niega, pero acaba reculando y se lo dice al editor con la condición de que no revele que estuvo con Sally en su casa, ya que él esta casado.


Sus investigaciones les llevan a deducir que el nombre del quinto miembro que manejaba los fondos es Haldeman, Jefe del Gabinete del Presidente, por lo que acuden de nuevo a ver a Sloan, que no lo niega, aunque no dice quien es. Al editor le parece demasiado importante para lanzar la información sin una fuente que confirme tal notición. Finalmente dicha confirmación la consiguen de un miembro del departamento de justicia, por lo que la publican.
Sin embargo, al día siguiente, Sloan desmiente que él acusara a Haldeman, diciendo que es una difamación del Post. Woodward acude a "Garganta Profunda", que le dice que por precipitarse han conseguido convertir a Haldeman en una víctima. Si informador les revela, que efectivamente es él quien estaba tras las operaciones, y que están implicados F.B.I., C.I.A., la justicia y varios ministerios, y que el caso Watergate es solo una cortina de humo para ocultar algo muchisimo más grave. Les dice que tengan cuidado, pues sus vidas pueden estar en peligro, ya que pueden estar siendo espiados.


Ellos se lo plantean a Bradlee, que los apoya. Obtienen una declaración de Sloan, que les asegura que él estaba dispuesto a declarar contra Hadelman, pero que el Gran Jurado no le hizo ninguna pregunta sobre él y sus asuntos turbios.
El caso es que los periodistas continuan trabajando, saliendo noticias que no confirman más que lo sabido y es que desde el partido repúblicano se pago con dinero público, aprovechandose de los resortes del poder, para actuar contra el partido democrata. Todos y cada uno de los hombres investigados por Woodward y Bernstein son ajusticiados y la situacion de Nixon se vuelve insostenible. Tras asegurar varias veces que no dimitiria, el 9 de Agosto de 1974, Richard Nixon dimite, ascendiendo Gerard Ford al cargo de Presidente.


Basada en el libro homonimo de los periodistas que destaparon el denominado caso Watergate (Woordward y Bernstein), a día de hoy es el ejemplo perfecto de corrupción política, que llego a motivar no sólo el ajusticiamiento de determinados personajes en torno al poder, sino la dimisión del Presidente de los Estados Unidos. Gran actuación de Robert Redford y Dustin Hoffman en una película de dificil ejecución, pero que resulta magnífica, atemporal y que nos muestra la miseria humana en torno al poder.

Ficha

Dirección
Alan J. Pakula
Producción
Walter Coblenz
Guión
William Goldman
Obra: Carl Bernstein y Bob Woodward
Música
David Shire
Fotografía
Gordon Willis
Montaje
Robert L. Wolfe
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1976
Género
Drama, Histórico, Thriller
Duración
138’

Protagonistas

Actor
Personaje
Robert Redford
Bob Woodward
Dustin Hoffman
Carl Bernstein
Jack Warden
Harry Rosenfeld
Martin Balsam
Howard Simons
Hal Holbrook
“Garganta profunda”
Jason Robards
Ben Bradley
Stephen Collins
Hugh Sloan
Robert Walden
Donald Segretti
Penny Fuller
Sally Aiken
 
Premios
Oscar

Categoría
Persona
Oscar al Mejor Actor de Reparto
Jason Robards
Oscar al Mejor Guión Adaptado
William Goldman

Oscar a la Mejor Dirección Artística
George Jenkins
George Gaines
Oscar al Mejor Sonido
Arthur Piantados
Les Fresholtz
Rick Alexander
James E. Webb

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