domingo, 21 de diciembre de 2014

Clásicos Inmortales: Que el Cielo la Juzgue

Los celos pueden llegar a envenenarnos el Alma y es a partir de esta premisa por la que se deriva esta gran obra en la que la que precisamente los celos enfermizos de una mujer por Amor, lleva a la perdición a un hombre. 


Después de un tiempo en prisión, un hombre vuelve a casa. Éste es el escritor Richard Harland (Cornel Wilde), que tras llegar en un barco, cogerá otro del propio embarcadero, ya que, por lo que parece, lo esta esperando una mujer. La historia de su trágica vida como hombre casado se la contará a un hombre, y de paso a nosotros, el abogado Glen Robie (Ray Collins), que le defendió en el juicio, que le llevaría a presidio. 
Richard conoció a una joven mujer. Ésta es Ellen Berent (Gene Tierney). Ambos se enamoran al instante. El joven escritor conoce a la familia de Ellen y es tal el amor que se profesan Richard y Ellen, que acaban casándose, algo que va en detrimento del Fiscal Russel Quinton (Vincent Price), hasta entonces prometido de la joven.

Richard charla con Ellen

Tras el casamiento las cosas parecen ir bien. Es evidente el amor mutuo entre los recién casados, sin embargo las cosas comenzaran a marchar de una forma extraña. Junto a el matrimonio se va a vivir el hermano inválido de Richard, Danny (Darryl Hickman), algo que no parece gustar a Ellen, ya que ella sólo quiere a Richard para él. Un lugar al que le gusta retirarse al escritor es "El Otro Lado de la Luna" y con él se van a dicho lugar Ellen y su hermano. Ellen no consigue que Richard envie a su hermano a un centro especial.


En el largo que hay cerca de la casa, Danny tiene la costumbre de nadar para entrenarse. Junto a él siempre esta Ellen. Sin embargo, un día en el que el chico da todo de sí, no puede continuar y termina ahogandose, algo que Ellen, que se encuentra en el barco, no sólo no evita, sino que favorece. Para disimular, Ellen acabará dando la voz de alarma cuando ya todo ha sido consumado. 


Este "accidente" sume en una pequeña depresión al escritor, algo que parece acabar cuando Ellen se queda embarazada. Una alegría que parece no serlo tanto para la celosa Ellen, que ve como todos a su alrededor la colman de atenciones, tan sólo porque esta embarazada. Ella, en su fuero interno, ve al bebe como un rival con el que competir por el amor de su marido. ¿Cuál es la solución para Ellen? Provocarse un aborto, tirándose por las escaleras. 
Todo parece volver a lo de antes, pero Richard tiene la mosca dentras de la oreja ante tanta desgracia en tan poco tiempo.  Ahora el motivo de sus celos sera su propia hermanastra Ruth (Jeanne Crain), a la que Richard dedicara un libro. 

Celos hacía su propia hermana

La pelea degenera en un conflicto, que lleva a Ellen a confesar de forma indirecta, por sus propia cara de de culpabilidad, el asesinato de Danny a Richard, que, en cierta medida, nunca perdono a su esposa la muerte de su hermano. Ellen acabara ingiriendo veneno, llegando hasta el punto de la maldad de incriminar de forma más o menos directa a su hermana y a su propio marido. 


La prueba para el Fiscal, que "curiosamente" será su ex-prometido Quinton, es que Ruth y Richard estaban enamorados y su propia hermanastra le dio un café envenenado. La misma Ellen dejó una serie de pruebas, ,entre ellas una carta en la que muestra todos sus infundados celos, que parecen incrimar a ambos. El Fiscal se muestra "soprendentemente" duro con Richard viendo la supuesta claridad de unas pruebas que no muestran más que la demencia ocasionada por los celos. 

Richard ante el Fiscal

Durante el juicio, la propia Ruth confiesa que esta enamorada de Richard, pero que eso no demuestra que envenenara su hermana, la cual fue incinerada. La propia Ruth se desmayara. 
Richard confesara que no sólo Ellen no fue envenenada, sino que ésta se suicido, ya que era capaz de cualquier cosa. Diciendo que buscaba no sólo amor, sino la posesión, diciendo todas las barbaridades, que había hecho durante su matrimonio (muerte de su hermano, provocación de un aborto, etc.). 
Tras esto, volvemos al momento actual donde su abogado nos explica que Ruth fue absuelta, pero Richard sería posteriormente condenado a dos años por ser complice de su mujer por el asesinato de su hermano. Esa fue la última vez en la que Ellen no fue la vencedora.


La película comienza con Richard llegando a El Otro Lado de la Luna. Ahí efectivamente le espera una mujer. Esa mujer es Ruth, que lo recibe con un abrazo. Sin saberlo hasta ese momento, Richard había encontrado a su definitivo y puro Amor.


Una de las grandes obras de su época, que nos muestra a una Gene Tierney en un soprendente papel de "mala". Son los celos los que la abocan a esa maldad. Una femme fatal distinta a las de su época, ya que no es naturalmente mala, sino que es su intento de poseer a alguién, en este caso a su marido, la que la lleva a los actos más deleznables. Todo un melodrama, con una espectacular Tierney, que por momentos nos muestra grandes y bellisimas imagenes en El Otro Lado de la Luna.

Ficha

Dirección
John M. Stahl
Dirección Artística
Lyle Wheeler
Maurice Ransford
Producción
William A. Bacher
Darryl F. Zanuck
Guión
Jo Swerling
Música
Alfred Newman
Fotografía
Leon Shamroy
Montaje
James B. Clark
Vestuario
Kay Nelson
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1945
Género
Drama, Suspense
Duración
110’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Gene Tierney
Ellen Berent
Cornel Wilde
Richard Harland
Jeanne Crain
Ruth Berent
Vincent Price
Russell Quinton
Mary Philips
Señora Berent
Ray Collins
Glen Robie
Darryl Hickman
Danny Harland
Chill Wills
Leick Thome
Gene Lockhart
El doctor Saunders
Reed Hadley
El doctor Mason
Paul Everton
El juez
Harry Depp
Catterson
 
Premios
Oscar

Categoría
Persona
Oscar a la Mejor Fotografía (Color)
Leon Shamroy

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