domingo, 22 de febrero de 2015

El comunismo de ayer, hoy y siempre

Es curioso como determinados partidos de ideología comunista han calado tan profundamente en nuestro país. Primero el PCE, reconvertido en Izquierda Unida, y después el partido del tipo de la coleta, sin contar, claro esta, a un PSOE que gira cada vez más a la izquierda porque cree que eso le da votos (¿?). Tipejos como esos nos han hecho creer que los comunistas son republicanos cuando en realidad son personajes que defienden y apoyan dictaduras de su propia ideología y que no dudarían en ningún momento en llevar a España a la miseria que ha generado, genera y sigue generando el comunismo como podemos ver en Venezuela o Cuba, países hermanos de España. Que un comunista (Llamazares, Cayo Lara, ...) diga que es republicano es insulto a los republicanos, entre los que yo me encuentro.


Ahí es donde entra cierto tipo de la coleta, que pretende, como gran demagogo que es, aprovechar la miseria y hartazgo de la gente para, con un mensaje absurdo, hablar de un supuesto cambio que no es tal, puesto que todo el mundo sabe quien ha estado detrás de su figura mediatica y de como hasta antes de ayer hablaban de determinados personajes como Chavez y su lugarteniente Maduro (conductor de transporte público con aires de grandeza), un tipo que vive a la sombra de su sucesor y que ha instaurado de pleno el Gobierno del terror contra aquellos que no aceptan, ni quieren la miseria moral y económica, que les ha dejado el comunismo. 
El comunismo nunca ha cambiado, ni cambiara porque éste busca el total sometimiento de la persona y sí no estas de acuerdo, puedes acabar en la cárcel o en una cuneta. Así funcionan estos seres asquerosos, que lo único que buscan es amedrentar e insultar a aquellos que no comulgamos con su ideología. 
Siempre he dicho que todos los totalitarismos son malos, al igual que no hay que hacer distinciones entre dictaduras de derechas y de izquierdas porque todas son horrendas. El problema de este país es que hay personajes, no necesariamente políticos, que hacen distinciones entre ambas, algo que nos ha llevado a situaciones lamentables, que dieron lugar a una confrontación muy dura en las legislaturas zapateriles, llegando a lanzarse los muertos de la guerra civil a la misma cara. 
Mi conclusión sigue siendo la misma: prefiero una Democracia como la española, con sus virtudes o defectos, antes que una dictadura como la venezolana, cuyo pueblo vive en la más absoluta de la miseria.
PD: Lo de las "facturas" del lugarteniente Monedero es un chiste. De mal gusto, claro.

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