sábado, 23 de mayo de 2015

Caballero don Juan de Austria

Muchos consideran su vida como una de las más atractivas de la corte de su medio hermano Felipe II. Y es que hablar de don Juan de Austria es hablar de nobleza, capacidad de mando y un grandisimo sentido del deber. 


Don Juan no lo tuvo fácil, ya que era producto de una relación de Carlos I de España y V de Alemania con Bárbara Blomberg, que era de origen bávaro. De hecho, don Juan no conocería a su padre hasta su retirada en el Monasterio de Yuste. Don Juan no sólo fue reconocido por su padre, sino que completo su formación tanto intelectual como militar con los mismos honores que cualquier miembro de la familia real. 

Presentación de don Juan ante su padre

Don Juan fue un hombre de confianza de Felipe II, aunque en él, según cuentan, debieron surgir las dudas en torno a sus actuaciones. Y es que dicen que el Rey de España sentía celos de don Juan debido a sus grandes cualidades para el combate, así como su aire viajero, algo de lo que Felipe carecía y que, sin embargo, había heredado de su propio padre. 
Por sí las dudas, Don Juan se encargó de reprimir la rebelión de las Alpujarras y, quizá lo más importante, dirigir las huestes españolas en la famosisima Guerra de Lepanto en la que el Papa había puesto mucho interés para evitar la expansión otomana por el Mediterráneo. Los Cristianos ganaron, Don Juan, junto a otros grandes militares, se ganó la inmortalidad, y se evitó la expansión del islam. 

Batalla de Lepanto

Don Juan por último sería Gobernador de los Países Bajos, una zona extremadamente conflictiva en la que tuvo numerosisimos problemas en cuanto a número de hombres para contener las revueltas. Incluso envió a su Secretario Escobedo para pedir ayuda y no sólo no la obtuvo de forma inmediata, sino que el propio Escobedo acabaría muerto en una conjura en la que estaban implicados personajes siniestros como Antonio Pérez, enemigo acérrimo de don Juan, que inspiró uma buena parte de la famosa leyenda negra española, y la Príncesa de Eboli.


Un ejemplo de la animadversión de Pérez y la desconfianza de Felipe II la encontramos en la supuesta invasión de Inglaterra con la intención de destronar a Isabel I y liberar a María Estuardo para que se casara con don Juan y que ambos fueran Reyes, consiguiendo que el catolicismo dejará de ser prohibido. Desde la nobleza española, entre la que se encontraba el propio Pérez, se hizo todo lo habido y por haber por predisponer al indeciso Rey en contra de su medio hermano, utilizando espías e intentado cortar de alguna forma su ambición. Y es que se decía que don Juan, una vez que obtuviera el Trono Inglés, atacaría española por el Cantábrico. Lo cierto es que no podemos decir que don Juan no fuera ambicioso, pero también es verdad que siempre su sentido del deber hacía España y Felipe II estuvo por encima del interés personal. 


Don Juan murió de unas fiebres, aunque se dice que el veneno fue la causa de tal fallecimiento. Don Juan es un perfecto ejemplo del caballero renacentista del que tan poco hemos hablado los españoles y que demuestra que un hombre puede ser ante todo persona con convicciones patrioticas. Don Juan nunca recibió el tratamiento de Alteza Real (si el de Excelentísimo Señor), pero eso es una anécdota, respecto a figura tan carismática dentro de la historia de España. Uno de los más grandes representantes de la heroicidad y del valor hispano.  

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