lunes, 15 de junio de 2015

El milagro de Bolsena

En 1263 tuvo lugar un milagro. Éste aconteció en un pequeño pueblo del centro de la Península Itálica: Bolsena. En él, dio misa un Sacerdote de nombre Pedro, que era natural de Praga. Desde hacía mucho tiempo había entrado en una crisis de Fe importante. Ni siquiera le daba valor a la Consagración del Pan y del Vino (conocida como Transubstanciación), hasta el punto de que llegó a pensar en decirle a los feligreses que se fueran a su casa en lugar de perder el tiempo. 


Fue entonces cuando ocurrió el milagro, el que hasta entonces era pan se convirtió en carne y la sangre se convirtió en auténtico vino. El Sacerdote sorprendido por el hecho y tras acabar la misa, decidió viajar a la residencia del Papa Urbano IV en Orvieto para explicarle tal cosa, algo que hizo que enviara al Obispo de la zona para comprobar tal milagro, que sería reconocido como tal en 1264 por la Iglesia Católica. 
Y es precisamente como a partir de esta acontecimiento increíble se instituyo para toda la Iglesia la celebración del Corpus Domini o Corpus Christi para celebrar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. La fiesta se celebraría y sigue celebrando en el primer Jueves después de la octava de Pentecostés. 
Sin embargo, lo curioso del milagro no esta sólo en el hecho religioso en si, sino que ni la propia ciencia ha sabido desvelar la causa de tal cosa. Resulta que la sangre es de un tipo que sólo se da en zonas como Israel y Palestina (algo revelador), mientras el trozo de carne no es de una zona cualquiera, sino del corazón. 
Los restos del milagro se conservan en la Catedran de Orvieto como prueba física (aunque la Fe no se base en eso) de que Cristo se entrega en la misma fracción de pan. Y todo eso tuvo lugar en un pequeño poblado de Italia, lo que demuestra que el Señor puede encontrarse en cualquier parte allá donde estén reunidos sus seguidores. 

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