miércoles, 3 de junio de 2015

Pedazos de poder

Sí los ciudadanos nos jugábamos mucho en las pasadas elecciones autonómicas, los que ahora se la juegan son los propios partidos políticos de cara a las generales que serán en Noviembre o Diciembre. Mientras vivimos en un país con una cantidad de paro aún alarmante, con un incremento de la deuda pública apabullante, donde la educación y sanidad no van precisamente bien y los nacionalistas catalanes le lanzan órdagos continuamente a España, vemos como algunos personajes que se dedican a la política están más preocupados de pactar hasta con el mismo diablo con tal de "quitarle" el poder al que ha obtenido la mayoría o, en algunos casos, mantenerlo. Y es que de eso va ultimamente la política: juntar los votos de uno y de otro para conseguir el poder. 


En el caso de que se junten el segundo con el tercero en votos, algunos lo llaman Democracia; yo los llamo golpes de Estado que se realizan sin luz, ni taquígrafos. Cuando digo que los políticos se la juegan no hago más que resaltar que el PSOE con tal de quitarle puestos de poder al PP es capaz de juntarse con el tipo de la coleta, mientras ese partido de extrema izquierda vive en una encrucijada: me uno al PSOE al que hasta hace nada comparaba con el PP con insultos e improperios (el tipo de la coleta llamaba subnor... a Antonio Miguel Carmona, candidato socialista a la Alcaldia de Madrid) o me junto con ellos para quitarle el poder a la "malvada" derecha. Ciudadanos también se juega su propia coherencia si pacta con partidos que llevan imputados en sus listas. Los tres son esclavos de sus palabras.
En el fondo, podrás ser un partido más o menos tradicional o ser considerado emergente (palabra estúpida por otra parte), pero hay algo que es común a muchos que se presentan a la política, que es la obtención del poder a toda costa. Y es que no hay nada como ser Presidente de una Comunidad Autónoma deficitaria (como todas) para controlar el dinero público de la sanidad o la educación o ser Alcalde de una gran ciudad para controlar las licitaciones en urbanismo. 
Lo malo es que todo tiene su desventaja: y es que pueden conseguir un poder tal frágil, que les puede hacer caer en las generales por sus incoherencias a la hora de pactar. Ya lo dije antes: algunos lo llaman Democracia; otros lo llamamos golpes de Estado, que, aunque sean legales, mandan literalmente al carajo la voluntad popular.

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