martes, 29 de septiembre de 2015

La marcha sobre Roma

A principios de los años 20, una turba mafiosa y con ansias de sangre se apoderó de Italia. Esos años el movimiento fascista liderado por Benito Mussolini había empezado a coger fuerza de una forma alarmante. El fascismo tenía como objetivo alcanzar el poder a toda costa y para ello recurría al amedrentamiento a la violencia, atacando a todos aquellos que no pensaran como ellos. 


Aunque despreciababan el parlamentarismo, se aprovecharon de él para darse a conocer. Cuando empezaron los apedreamientos, las peleas callejeras y los incendios. el partido fascista era un movimiento marginal dentro de la política del país transalpino, aunque bastante temido debido a sus ideas populistas que empezaron a seducir a ex-soldados y personas de estratos sociales medio-bajo, que estaban descontentas tras la Gran Guerra. Mussolini, que era un hombre de gran palabreria, capaz de engañar a masas enteras con su discurso, consiguió un escaño en el Parlamento italiano en las elecciones de 1921. Ahí se recrucedió aún más si cabe la violencia fascista y aumento las ansias de poder de un Mussolini, que quería devolver a Italia el resplandor de la antigua Roma hasta el punto de que su saludo (brazo en alto) formaba parte de toda la paranafernalia del Imperio Romano.

Víctor Manuel III, Rey de Italia

Temiendo que los fascistas provocaran una guerra civil, el gobierno de Luigi Facta buscó el apoyo del escritor ultranacionalista Gabriele D'Annunzio para encabezar una manifestación patriótica el 4 de Noviembre de 1922 con el objetivo de festejar el triunfo italiano en la Gran Guerra. Enterado de esto, Mussolini actuó rapidamente. 
Mussolini ordenó a mediados de Octubre de 1922 que todos los militantes del Partido Fascista se preparasen para manifestarse de forma masiva en todas las ciudades principales de Italia, recurriendo a la violencia contra todo lo que se moviera en caso de que fuera necesario. La pasividad del ejercito y la policía, que hizo que muchos socialistas de la zona norte dimitieran ante la violencia fascista, posibilitó que las manifestaciones se llevaran a cabo.

Un momento de la marcha

Una inmensa horda de fascistas se lanzaron tanto a carreteras como a trenes con el único objetivo de llegar a Roma; el objetivo: tomar el poder para su líder Mussolini. Los camisas negras (cuerpo de milicias llamadas así por su vestimenta negra) acudieron a la capital, amenazando con provocar una guerra civil si las autoridades les cortaban el paso. 

Entrada del líder del fascismo

La pasividad del Rey Víctor Manuel III, que se negó a firmar el estado de sitio para la ciudad (lo que habría permitido el encarcelamiento e Mussolini y sus secuaces), hizo que, de facto, Mussolini tomara el poder en Italia. El desfile triunfal confirmó que los fascistas habían ganado. No obstante, Italia es un país grande y es por eso que la dictadura como tal no comenzó a aplicarse de inmediato. Los fascistas recurrieron a diversos procedimientos durante los meses posteriores para asegurarse el control de todos los mecanismos de poder. 

 
 
Sin embargo, ese Octubre de 1922 había ganado la sinrazón más bestial; un ser despreciable que lideraba a unos seres con la misma catadura moral que él, había alcanzado el poder de uno de los países más importantes del Mediterráneo. Daba comienzo la dictadura fascista.  

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