jueves, 1 de octubre de 2015

Cleopatra entre la historia y la leyenda

Mucho había pasado desde el antiguo esplendor egipcio. En aquellos años, sobre el 50 a.C, el Gobierno de Egipto estaba en mano de una serie de reyes que muy poco tenían que ver con los gloriosos Ramses, Seti, etc. Les estoy hablando de la dinastia ptolemaica fundada por Ptolomeo I Sóter, general de Alejandro Magno. Desde aquel tiempo todo había ido a peor, con Reyes corruptos y más proclives a las fiestas que a gobernar. Así era el padre de la que sería la última Reina de Egipto, la muy mencionada Cleopatra, que gobernó Egipto bajo el nombre de Cleopatra VII.


El Gobierno de Cleopatra comenzó de forma tensa debido a que compartía el mismo con su hermano Ptolomeo XIII, que también era su esposo (algo muy habitual no sólo entre la dinastía ptolemaica, sino en todas y cada una de las familias que habían gobernado Egipto). Sólo el apoyo recibido por parte de Julio César, del que en principio Cleopatra desconfiaba, hasta que no sólo se convirtió en aliada suya en su enfrentamiento con Pompeyo, sino que acabó por ser su amante, teniendo un hijo al que llamaron Cesarión. El propio dictador romano llegaría a instalarse en Alejandría, haciendo una vida social bastante plena. 

Cleopatra y Julio César

La influencia egipcia sobre Julio César influyo en la vida de Roma, tanto a nivel social, cultural y religioso, algo que no veían bien muchos de los partidarios del propio César. Tras el asesinado del dictador por parte de unos senadores, Cleopatra pareció perder influencia en Roma hasta que el lugarteniente de César, Marco Antonio, se unió a ella hasta el punto de sopesar el fundar una dinastía que gobernaria Roma desde Alejandria. Esto pareció no alegrar a Octavio, sobrino-nieto de César y a la postre primer Emperador Romano, que realizó una serie de acusaciones a Cleopatra que incluían el incesto, la brujería o la lujuria. 

Cleopatra y Marco Antonio

Este enfrentamiento degeneró en una guerra civil que terminó cuando Marco Antonio se suicidó, dejando caer una espada contra él, tras la decisiva batalla de Accio, cuando se le engañó, diciéndole que Cleopatra había muerto. 
La idea de Octavio eran tomar a la Reina como prisionera y exhibirla en Roma, simbolizando con ello la superioridad y la victoria sobre la enemiga. No pudo, ya que, tras entrevistarse con ella, ésta se dejó morder por un áspid (cobra egipcia). Así terminaba lo poco que quedaba de aquel antiguo Egipto, ya que éste pasaría a formar parte del basto Imperio Romano. 

Muerte de Cleopatra

Cleopatra es una de los personajes sobre los que más se ha escrito en la historia por la gran influencia que ejerció sobre hombres tan importantes y por su legendaria belleza. El caso es que al parecer Cleopatra no era precisamente tan guapa como se nos ha dicho desde el punto de vista actual.


La cuestión es que si pudo ser una mujer tan importante fue debido a su gran carácter; su encanto personal. Independientemente de su aspecto físico, no cabe duda de que la última Reina de Egipto fue una de las mujeres más influyentes del periodo antiguo de la historia de la humanidad.

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