martes, 15 de marzo de 2016

El español que engañó a Hitler

El desembarco de Normandía fue un rotundo éxito para las tropas aliadas, que comenzaron la reconquista de una Europa invadida por los nazis. Gran parte del resultado final se debe a que Hitler y sus colaboradores creían que el desembarco sería en Calais (a 249 Km. de Normandía), donde trasladaron a gran parte de los soldados. Incluso, creían que lo de Normandía era una mera distracción para atacar en Calais. Lo cierto es que las informaciones nazis eran erróneas debido a que éstas habían sido proporcionadas por un Agente doble de origen español llamado Juan Pujol García más conocido por su nombre en clave: "Garbo".


"Garbo", que era de origen barcelonés y despreciaba tanto al nazismo como al comunismo debido a sus vivencias durante la guerra civil, trabajaba para el Reino Unido y su labor era adentrarse como supuesto espía al servicio de Alemania, siendo la realidad que pasaba información a los Aliados y, lo más difícil, engañaba a los nazis sobre supuestas acciones que llevarían a cabo las potencias enemigas. Una misión complicada porque tenía que presentar una cierta coherencia para que personajes tan desconfiados como el mismísimo Hitler creyeran las informaciones pasadas por el presunto Agente alemán. Muchas veces, para darle veracidad al asunto, enviaba informes falsos, que estaban sellados por la autoridad competente. Muchas grandes historias existen en torno a la actividad de este verdadero héroe.


El trabajo de desinformación de "Garbo" fue esencial para lo que sería el principio del fin de la guerra en la que los Aliados masacraron al nazismo. Es por eso que "Garbo" es todo un héroe de guerra, que, tras el fin de la contienda, tuvo que refugiarse gracias al MI5, Servicio de Inteligencia Británico para el que trabajaba, debido a posibles represalias de supervivientes nazis ("Garbo" tiene la rareza de haber sido condecorado tanto por los nazis, con la Cruz de Hierro alemana, como por los ingleses, con la Orden del Imperio Británico).


Y es que sin este hombre, enterrado en Venezuela (en su querida población costera de Choroní), la historia podría haber sido muy distinta. Para la posteridad quedó el español que engañó a Hitler.

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