jueves, 13 de octubre de 2016

Clásicos Inmortales: El Gran Carnaval

Excelente obra de Billy Wilder; un drama oscurisimo que nos muestra lo peor de la sociedad con intereses cruzados donde se hace un retrato del egoísmo que desborda toda comprensión  humana con un magnífico Kirk Douglas en uno de los papeles de su vida. 


Charles "Chuck" Tatum (Kirk Douglas) es un egocentrico periodista neoyorquino, cuya ambición no tiene limites, pero su temperamento burlón y alcohólico hace que haya tenido que cambiar de ciudad y trabajo varias veces. En medio de todo eso, su coche se estropea cerca de Albuquerque, Nuevo México. Sin trabajo y sin dinero, utiliza sus dotes de persuasión de la que ha hecho gala más de una vez para conseguir un trabajo en el periódico local Albuquerque Sun-Bulletin, dirigido por Jacob Q. Boot (Porter Hall). 

Lo que importa no es la verdad, sino una buena noticia

Chuck logra estabilizarse en el periódico, transcurriendo un año sin problemas en su trabajo, pero ya como ya comente su ambición no tiene límites y se siente  frustrado por no poder lograr una noticia que le permita regresar a Nueva York y abandonar un pueblucho al que no respeta y periódico que, según él, es muy pequeño para lo que pretende. Un día es asignado para hacer un reportaje de pocamonta sobre la anual caza de cascabeles que se realiza en la localidad de Los Barios.
Mientras cubre el evento, se entera del caso de un tal Leo Minosa (Richard Benedict), dueño de un negocio, restaurante y motel local que ha quedado atrapado en una gruta debido a un derrumbe, cuando buscaba cerámicas indígenas en la zona. Chuck se da cuenta que el rescate de este hombre puede ser una noticia de repercusión nacional que le puede servir a sus propios intereses, que es lo único que le importa. 


Así contacta a sus antiguos empleadores para ofrecerles la noticia, recibiendo respuestas positivas. Decide entonces ampliar la noticia entrevistando a la esposa de Leo Mimosa, la bellísima Lorraine (Jan Sterling),  describiéndola como fiel y devota y fiel esposa, pero la realidad es muy distinta. Lorraine quiere desde hace mucho tiempo abandonar a su marido, al que quiere, pero no ama, y su hogar, que se le ha hecho muy pequeño. Sin embargo, Chuck la convence de abandonar sus planes, al ver que empiezan a llegar al lugar turistas de otros lados, interesados en el rescate de su marido, provocando una corriente de ingresos en el negocio.

Lorraine y Chuck

El rescate comienza a dar resultados, pero esto no le viene bien a un cínico Chuck, que considera ésto una desventaja para su reportaje y logra convencer al Sheriff Gus Kretzer (Ray Teal), que está en campaña para su reelección, de que participe en la noticia. La idea será demorar el rescate del hombre para hacer más y más dinero con ello. Chuck logra la exclusividad de entrevistar al atrapado Leo Mimosa, a través de un espacio en el derrumbe donde se encuentra semisepultado. Leo demuestra en todo momento que confía en Chuck y en que el rescate se haga lo más pronto posible. 


Mientras surgen otros problemas (para Chuck, claro): los encargados del rescate aseguran que Leo puede ser liberado en 12 horas. Chuck logra convencer al Sheriff de cambiar el método de dicho rescate, logrando así extender el tiempo por algunos días más, creyendo el propio Sheriff que esto favorecerá su campaña, aparte de que Chuck considera que seguirán viniendo más turistas, aumentando los ingresos del emporio de Lorraine de la que Chuck parece haberse enamorado. Por otra parte, Chuck verá beneficiada su figura como gran periodista. 


Los Barios se transforma en literalmente una esperpentica feria de entretenimiento (un auténtico carnaval del desproposito), con atracciones, canciones sobre el propio Leo y se llegan a hacer apuestas sobre el resultado del rescate. El editor Boot decide intervenir cuando ve que su fotógrafo Herbie Cook (Robert Arthur) siguiendo el mal ejemplo de Chuck, comienza a vender sus fotos en exclusiva a las revistas Look y Life, decidiendo despedir a Chuck, que ha ido demasiado lejos con sus pretenciones. 


Chuck le responde que renuncia a su puesto, ya que ha logrado recuperar su antiguo empleo en Nueva York, aunque como podemos ver ha sido a costa de la vida de un hombre. El éxito logrado lo hace caer nuevamente en el alcoholismo, comenzando a comportarse agresivamente con Lorraine, llegando a sentir remordimientos. Chuck se da cuenta de que ha llevado su juego demasiado lejos, al enterarse que Leo  está agonizando en su "tumba de piedra". Un Chuck con mala salud, tras ver a Lorraine, intenta convencer al servicio de rescate de volver al método anterior, pero Leo en su desesperación acaba cayendo... muerto.


Wilder, cuya primera vocación antes de ser cineasta era la del periodismo, hace una crítica evidente al mundo sensacionalista dentro de dicha profesión , llevando la historia al esperpento con una feria que se monta en torno al rescate de un hombre (denotando la falta de escrúpulos de algunos que llega a hacer apuestas sobre el rescate de un hombre). Todo ello producto de las bajas pasiones (la fama y el dinero aderezada con la estupidez más terrible e inclusive la lujuria), poniendo de relieve la depravación moral por el simple interés egoísta; cuando salvar la vida de un hombre se convierte en negocio. Una historia tan cruel como increíblemente real.

Ficha

Dirección
Billy Wilder
Producción
Billy Wilder
Guión
Walter Newman
Lesser Samuels
Billy Wilder
Música
Hugo Friedhofer
Fotografía
Charles B. Lang Jr.
Montaje
Arthur P. Schmidt
 
Otros datos 

País
Estados Unidos
Año
1951
Género
Drama, Cine Negro
Duración
111’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Kirk Douglas
Chuck Tatum
Jan Sterling
Lorraine Minosa
Robert Arthur
Herbie Cook
Porter Hall
Jacob Q. Boot
Frank Cady
Señor Federber
Richard Benedict
Leo Minosa
Ray Teal
Sheriff Kretzer

Intereses


Trágico final (inglés)

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