jueves, 27 de octubre de 2016

¡Esfuerzo!

Vivimos en un país donde no se sabe argumentas nuestras posiciones. Lo vemos en las criticas a la ley de educación conocida como LOMCE donde aún estoy esperando alguna critica que vaya más allá de unas revalidas no se sabe por qué. Lo único que se ha dicho es que son revalidas "franquistas" y que fomenta la desigualdad; hay que hacer la escuela más "democrática" dicen estos prohombres de la estupidez humana. 


En primer lugar, los jóvenes que llevaban la pancarta de "revalidas franquistas" tendrían que saber quién fue Franco, puesto que no se enseña en los institutos y no tienen ni idea de quién fue, salvo por oídas distorsionadas de la realidad. En segundo lugar (y puedo decir que se lo he escuchado a más de uno) no se puede igualar al tonto con el listo. Quien estudia y, por lo tanto, aprueba es el que se lleva las becas y los honores. Así de simple. Una escuela tiene que ser justa; no democrática (o lo que sea). Esto no es más que el ejemplo de que la excelencia y el esfuerzo son rechazados por algunos individuos, que en algunos casos se han enquistado dentro de aquello que se ha dado en llamar comunidad educativa, la cual ha permitido que alumnos con asignaturas supendidas (materias importantes) pasaran de curso, que haya personas que lleven de interinos hasta más de 20 años y donde la autoridad debido al maestro no exista, ya que se asocia dicho término con autoritarismo o franquismo, posiblitando un colegueo infumable alumno-maestro como si se hallaran en la misma posición.
Cabe decir que se por testimonios de años pretéritos que no necesariamente los que obtenían las becas o aprobaban muchas veces con buenisimas notas eran los más ricos. Se puede decir que la gente humilde o cuya economía familiar era media-baja obtenían grandes resultados debido a algo que se ha perdido durante los últimos tiempos: esfuerzo.

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