martes, 11 de octubre de 2016

Genios de la Literatura: Robert Graves

Sus experiencias en la Gran Guerra Europea (conocida posteriormente como Primera Guerra Mundial) fueron tan terribles que aún en su retiro en Deyá, en la Isla de Mallora, tenía pesadillas. Los horrores de la guerra, que no le impidieron seguir adelante con su vida y ser Robert Graves, uno de los grandes de la literatura inglesa. 


Robert von Ranke Graves nació en Wimbledon, Londres, el 24 de julio de 1895, siendo hijo de Alfred Perceval Graves, destacada figura del movimiento literario irlandés, que evidentemente debió influir en su hija a la hora de dedicarse a la carrera literaria. Robert se educó en la escuela Charterhouse, ganando una beca para el Colegio San Juan (Universidad de Oxford), donde prosiguió sus estudios hasta que estalló la guerra que, según se decía duraría unas semanas y duró cuatro años. 
Durante la Gran Guerra, Robert sirvió en Francia con los "Royal Welch Fusiliers". El día que cumplía veintiún años fue herido por la esquirla de una granada (en la batalla del Somme) y es dado por muerto. Sin embargo, sobrevive y es ahí cuando comienza a producir sus primeras obras literarias.
En 1926 fue nombrado profesor de literatura inglesa de la Egyptian University y en 1930 se traslada a la isla de Mallorca donde junto con la poetisa y novelista, especializada en temas helenísticos, Laura Riding, funda y dirige la Seizin Press, retornando a Inglaterra durante la guerra civil española para, una vez finalizado este trágico conflicto, instalarse definitivamente hasta su muerte en la isla balear.


Graves comenzó su vida literaria como poeta, pero si en algo destacó fue dentro del ensayo y muy especialmente de la novela histórica. Robert Graves tenía un gran interes desde su infancia en la mitología, la cultura helena y la romana, ya que desde el conocimiento de nuestro pasado podríamos comprender nuestro presente y no repetir los errores en el futuro.  Como ensayista ya es un clásico su estudio "La diosa blanca" (publicado en 1948). 
"Yo, Claudio" (I, Claudius) y "Claudio el dios", ambas de 1934, son sus obras más recordadas (en parte gracias a la obra televisiva de los años 70 de gran exito en todo el mundo). Graves hace un retrato, bajo una visión muy particular (la de Claudio al que llamaban el tonto por su tartamudeo, cojera y supuestamente pocas luces, pero que acabó por ser Emperador), del primer período del Imperio Romano. En ambas se describe el ambiente de brutalidad, lujuria, violencia, superstición, estupidez y arbitrariedad de la Roma del siglo I, abordandola desde un aurea desmitificadora de este periodo histórico, siendo muy crítico con la dinastía Julio-Claudia desde sus comienzos con el Emperador Augusto. 

Una de sus obras más reconocidas

Le siguieron después otras obras como "El conde Belisario", "La Mujer de Milton", "La historia de Marie Powel", "El Rey Jesús", "La hija de Homero" y tantas obras de corte histórico, que no son más que reconstrucciones de épocas. 


En 1961 fue nombrado profesor de poesía de la Universidad de Oxford, puesto que conservó hasta 1966 para volver a la isla de Mallorca donde pasaría los últimos días de su vida donde los recuerdos de la guerra pesan... y a pesar de todo siguió con su vida; el gran Robert Graves. 
Su vida y obra se pueden consultar en: Robert Graves-Wikipedia

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