jueves, 6 de octubre de 2016

Toda una Odisea

Después de 10 años de guerra en Troya, que acabó destruida bajo las cenizas, 10 años para regresar a su patria. Eso fue lo que duró el retorno de Ulises, Rey de Ítaca, una auténtica epopeya en la que hubo de enfrentarse a cíclopes, Dioses como Poseídon, pasar por el Hades donde verá a Aquiles, pasarlas canutas con el canto de las sirenas o ser preso de la ninfa Calípso.


Mientras, creyendo muerto al héroe, una serie de hombres de Ítaca pretenderá desposarse con la paciente esposa de Ulises, Penelope, sin poder conseguirlo dada las largas de la propia mujer, que aún cree al esposo vivo, al igual que el hijo de ambos Telémaco, que irá a averiguar qué fue de su padre, llevando hasta Esparta donde es recibido por Menelao y Helena.


Gracias a su gran inteligencia, Ulises, siempre acompañado de su benefactora, la Diosa de la Sabiduría Atenea, será capaz de llegar a las costas de su Reino donde comprobará que los infames pretendientes han consumido los bienes de Palacio. Ulises llegará disfrazado como un pordiosero para no descubrir su identidad hasta el final y masacrar a los miserables pretendientes que morirán todos bajo la mano del ingenioso Rey. 


La Odisea, atribuida al insigne Homero, es una de las grandes obras de la literatura antigua occidental junto a la Iliada. La Odisea consiste en las aventuras (o desventuras) de Ulises para llegar a su tierra y, es por eso, que se define la palabra Odisea como "una serie de penalidades y dificultades que pasa alguien para llevar a cabo algo". Así que cuando alguien dice que ha pasado una Odisea no es que lo haya pasado precisamente bien.

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