domingo, 4 de diciembre de 2016

El cuarto poder

Siempre que veo ese periodismo llamado de "investigación", siempre pienso "¡Vaya! Otro periodista del montón que quiere hacerse famoso. Y es que el caso Watergate ejemplo de investigación concienzuda (duró meses) hizo mucho bien, pero también mucho daño, ya que hizo que algunos periodistas (o supuestos periodistas) comenzaran a supuestamente investigar casos de corrupción o de delitos contra la hacienda pública sin contrastar los datos. A veces lo hacen por motivos políticos e ideológicos ("La Secta" es una maestra en eso), otras con tal de supuestamente fastidiar a un tipo famoso como Cristiano Ronaldo (por poner un ejemplo).


La cosa es que resulta gracioso (o irónico) que los medios hablen de que una de las principales preocupaciones de los españoles sean los políticos cuando también lo son ellos mismos, dado que la gente imparcial y nada ideologizada se ha dado cuenta de que los periodistas han fomentado gran parte del problema política con una tensión inaguantable, demostrando que a veces los que escriben noticias son más políticos que los propios políticos. Vayan a un periódico cualquiera (ya sea generalista o deportivo) y cuenten la cantidad de noticias (o supuestas noticias) que esconden una velada (o no tan velada) opinión del que escribe. Le faltarían dedos para contarlas una a una. Honestamente: no es lo mismo leer una noticia en el ABC que en el País. Para que un periodista de su opinión, están los artículos de opinión (ya su nombre lo indica) y no una noticia que debería ser absolutamente imparcial.
No es de extrañar que a la prensa se la llame el cuarto poder. Un poder con el que nadie se mete, aunque en muchos casos se equivoque, machacando a una persona en una especie de cacería que incluso le hace tener a algún reportero a las puertas de su casa. Cuando se equivoca, nunca he visto a un político pedir perdón; tampoco a un periodista. ¿Casualidad?

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