martes, 7 de febrero de 2017

El guardameta que paraba lo imposible

Aquel 29 de Enero de 1956 fue el día más difícil de Juanito, pero también el mejor. El Real Madrid en un campo literalmente helado perdía 3-0 contra los locales, el fenomenal equipo del Partizán de Belgrado, que se aprovechó indudablemente de la meteorología. Ese día Rial falló un penalty y todo se había puesto en contra de los jugadores blancos que encontraron un salvador. Juanito Alonso, a pesar de los tres goles, se multiplicó para que los yugoslavos no metieran más, con paradas y salidas del arco, aparte que de desde la portería animaba a sus compañeros para que no perdieran la fe. El equipo español, a pesar de la dura derrota, acabó pasando puesto que en Madrid habían ganado 4-0. Meses después conseguirían la primera de las cinco Copas de Europa consecutivas y en gran parte se debió a un portero que como decía Di Stéfano primero paraba los balones fáciles y después los difíciles.


Los inicios de Juan Alonso estaban destinados a ser complicados, puesto que vino al club blanco para sustituir a José Bañón, uno de los mejores guardametas de su tiempo (quizás algo olvidado hoy en día) que se retiraba por una afección pulmonar con apenás 27 años. Juan natural de Fuenterrabía, Guipúzcoa, venía del Ferrol y era hermano del reconocido lateral del Celta Gabriel Alonso, que también jugaría en el Real Madrid. 

Salida ante el delantero

Hasta la llegada de Di Stéfano, el equipo madrileño sólo tenía dos Ligas. En la primera Liga de la Saeta Rubia, a pesar de que Juan había sido titular las temporadas anteriores, había perdido el puesto en favor de Pazos, pero una derrota del equipo por 4-3 contra el Real Valladolid (llegó a ir ganando por 1-3) le abrió las puertas de la titularidad.

"Se prohibe el paso sin permiso del portero"

Juanito no era muy alto, pero eso lo compensaba con su gran agilidad y no arrugarse frente a los trallazos de los delanteros. Juanito hacía paradas tremendas y su conexión con los defensas era inmediata, algo que se vio en las semifinales de la Copa de Europa contra el Manchester United de 1957. Tras haber perdido en Madrid por 3-1, los ingleses habían planteado un infierno en Manchester espoleados por la eliminatoria anterior en la que habían remontado un 5-3 al Athletic de Bilbao. "Marquitos" en defensa y Alonso en la portería le bajaron los humos a los locales que llegaron a ir perdiendo 0-2. Finalmente un empate a dos donde el último gol lo metería un prometedor joven que años después se convertiría en uno de los mejores futbolistas ingleses de la historia. Su Nombre Bobby Charlton.

Un ídolo del deporte

Además con la llegada de Santamaría al Real Madrid, la defensa del equipo blanco dejó de ser llamada la "defensa de alpargata" para ser una de las mejores de la Liga. A pesar de sus grandes actuaciones, Juanito sólo pudo ser dos veces internacional por dos motivos: primero, no se jugaban tantos partidos de Selecciones y el segundo y último por encontrarse con un portento de la porteria llamado Antonio Ramallets.


Tras la retirada de Miguel Muñóz, Juanito como capitán levantaría la tercera Copa de Europa en un año que notó el aliento de otro gran portero fichado para hacerle la competencia. Rogelio Domínguez tan ágil como él, pero mucho más alto, le quitó la titularidad no sólo por su calidad, sino debido a lesiones que lo lastraron al final de su carrera. 


1961 veía la retirada de un guardameta del que en aquellos años 40 Ricardo Zamora, entrenador por aquel entonces del Celta, llegó a decir que no servía como portero ("El Divino" tampoco era un hombre que acertara siempre), pero que en la memoria de los que le vieron jugar quedó como el guardameta que en días buenos o aciagos como el del Partizán siempre estaba ahí; el guardameta de las paradas imposibles.

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