sábado, 25 de febrero de 2017

Sangre y Agallas

"El objetivo de la guerra no es morir por tu país, sino hacer que otro bastardo muera por el suyo"
Solitario líder militar, guerrero implacable, d, el General George Patton era de esos militares de los que podríamos decir no tenían miedo nada. Casí como un áurea divina, Patton creía que sus misiones iban más allá de lo militar. Era firme creyente en la reencarnación hasta el punto de haber combatido en la guerra de Troya, con los hunos de Atila y para las legiones de Julio César. Así era el General Sangre y Agallas. 


El General de 4 estrellas tuvo una importancia capital a la hora de liberar Europa del yugo nazi. Con sus carros blindados, fue una pieza importante en África y muy especialmente de Sicilia. Pero era en la estrategia inicial donde Patton era el Rey.
"Denme 100.000 soldados y me paseo por Europa"
La forma de llevar la liberación de la isla de Sicilia aún es considerada como una muestra única del genio. Después llegaría Normandía, Lorena y las Ardenas. Poco a poco y hasta la victoria final, Patton derrotó a todos sus enemigos.


Patton evidentemente no era la reencarnación de Anibal, ni de nadie, pero si en algo se pareció a líderes precedentes es que trataba de infundir en los soldados el respeto a su figura por el temor y buscaba que le idolatraran. Patton odiaba a los cobardes y que sus soldados no hicieran lo que él había hecho toda su vida: darlo todo.
"El miedo mata a más personas que las guerras"
Lo peor de Patton para los gobernantes estadounidenses es que no se callaba: en una época favorable al comunismo, que combatían al enemigo común que era el nazismo, los encendidos discursos anticomunistas de Patton le plantearon más de un problema.
"... los rusos no tienen afecto por la vida humana y son todos unos hijos de perra bastardos y borrachos crónicos"
Endurecido en el rigor castrense, lo curioso es que murió en un accidente de coche... ¡por no llevar cinturón de seguridad que le protegiera! un frenazo inesperado del chofer, le produjeron unas lesiones que llevaron a su muerte. 


Llamativa muerte para un hombre llamativo. Un tipo que peleaba en la guerra como si fuera el último día de su vida ("Quiero que me mate la última bala disparada de la última guerra"); un hombre temido por los propios nazis.
"Que Dios se apiade de mis enemigos porque yo no lo haré"

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