sábado, 11 de marzo de 2017

¡A garrotazos!

Mucho antes de la triste guerra civil, provocada por aquello que don Machado resumió a la perfección con lo que llamó las dos Españas, mucho antes... el gran Francisco de Goya ya se había dado cuenta de ello. Y es que los españoles estábamos destinados por puro empecinamiento a darnos piñazos por el simple hecho de pensar diferente. Los horrores de la guerra vistos por el propio Goya durante la denominada guerra de la independencia no eran más que un ejemplo porque si hubo españoles que se enfrentaron a los franceses, también los hubo quienes los apoyaron (siendo conocidos de forma peyorativa como "afrancesados"). 


Así surgió esta pintura. Duelo a garrotazos; garrotazos por saber quién aguanta en pie ante la embestida del oponente; garrotazos para que prevalezca mi opinión sobre el oponente; garrotazos para acabar con aquellos que me desagradan; todo por el odio, todo por el odio... ¡A garrotazos!

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