miércoles, 29 de marzo de 2017

Tristana, Tristana...

En el castizo Chamberí, tiene lugar la historia de una tragedia que no es otra que la vida de Tristana. El nombre de la muchacha lo dice todo ¿Verdad? Huérfana al morir su madre, es adoptada por un amigo de la familia, cuyas intenciones con la joven van más allá de ser un simple tutor. 


Para don Lope el honor lo es todo. Siempre en contra de las injusticias, es profundamente anticlerical, ya que considera a la Iglesia una broma atrasada a la que se le rinde pleitesía siglo tras siglo (¿Visión personal del propio Galdós?). Sin embargo, don Lope confunde el honor con el provecho y el viejo se aprovecha de la joven a la que esclaviza, aparte ser su amante. 

Don Benito Pérez Galdós

Tristana, la dulce Tristana, se revela enamorandose de un pintor, Horacio, que tiene que irse por un largo tiempo bajo la esperanza de que algún día se casaran y Tristana pueda abandonar al viejo, pero... Horacio no vuelve y las cartas de la muchacha hacía Horacio parecen idealizarlo hasta el punto que pareciera estar describiendo a otra persona. ¿Tristana esta en su sano juicio?


Huérfana, rebelde y desgraciada son las fases por las que pasa Tristana, la pequeña y dulce Tristana, en la novela de corte realista no vemos un marcado acento feminista y si un toque personalista de Galdós (retratando a la perfección la burguesía de la época encarnada en el viejo) y mucho dolor en base a una joven que progresivamente dimite de su propia Libertad en favor de don Lope, aunque don Benito, tan socarrón como era, nos hace la siguiente pregunta, que nos llena de dudas: "¿Eran felices uno y otro? Tal vez".

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