lunes, 27 de marzo de 2017

Y murió como un héroe

Su nombre era Jesús Castro González y forma parte de la gran historia del Sporting de Gijón en aquellos años 70. Era el que se encargaba de que los goles no entraran y como portero era de los mejores en España. Sin embargo, siempre estuvo un poco a la sombra de su hermano que era ni más, ni menos que Enrique Castro "Quini", uno de los mejores delanteros españoles, pero 17 años en el club gijones dan para mucho...


Jesús disputó 465 partidos oficiales en el que sería el club de toda su vida (¡Todo un record!) y, si bien le faltó un título, el Sporting de Gijón fue uno de los equipos revelaciones en los finales de los 70 y principios de los 80, pasando de ser un equipo ascensor a codearse con clubes de la talla de Real Madrid o Atlético de Madrid, llegando a ser subcampeón de Liga y de Copa, haciendo que sus adversarios las pasara más que canutas para sacar algo positivo del viejo Molinón. 


Jesús era un portero sobrio, nada dado al lujo, pero que acabo por ser una de las personas más admiradas del viejo Gijón no ya por sus actuaciones en la portería, sino por algo mucho más importante y que resaltaron todos lo que le conocieron: Era buena persona. Se retiró a los 33 años debido a una hernia discal de la que tuvo que operarse. Podría haber seguido si hubiera ocurrido lo esperado, pero no quedó bien y optó por retirarse, planteando un pleito por invalidez permanente que ganó precisamente con la ayuda de su ex-compañero de equipo Herrero II, el cual, aparte de haber dado patadas a un balón, también era abogado. 

Jesús y "Quini"

Nos encontramos en el año 1993, en pleno Julio, y Jesús estaba en la playa de Pechón, en Cantabria, con su familia, cuando vio que un niño inglés estaba a punto de ahogarse, agitando sus débiles brazos en el agua. Jesús se lanzó a rescatarle, cosa que hizo, pero él se quedó agotado y se ahogó, mientras otros completaban la tarea de sacar al niño sin percatarse de que, en ese momento, era él quien estaba en apuros. Nada se pudo hacer por salvar su vida. Lo cierto es que aún a riesgo de perder su vida (cosa que desgraciadamente ocurrió), había salvado otra. 

Playa al ángel de la porteria en la playa de Pechón

La noticia produjo conmoción en Asturias y, por ende, en toda España. Terriblemente dolorosa fue para "Quini", ya que llevaban unos días sin hablarse (la primera y única vez en toda su vida) debido a una discusión. Apartado del deporte desde su retirada, Jesús dejó viuda y dos hijos. En su entierro, al que según las crónicas fueron miles a rendirle tributo,  sus hermanos "Quini" y "Falo", destrozados, cargaron con el ataúd. Se decía así adiós a un grande que lo fue tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. El viejo y admirado guardamenta del Sporting de Gijón había muerto como un héroe.

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