jueves, 19 de octubre de 2017

¡Es la hora de España!

Si después de haber dividido a la sociedad catalana y de que se haya producido la masiva fuga de empresas del territorio (más de 800 y subiendo), el nazionalismo catalán sigue persistiendo en su actitud fascista y completamente radical (recordemos: el Parlamento catalán cerrado gracias a ellos, puesto que no quieren que la oposición ejerza su labor parlamentaria), se demuestra lo que algunos intuían y otros advertíamos desde hace tiempo: que no sólo no quieren a su tierra (ni a sus gentes), sino que la desprecian hasta el punto de organizar una especie de suicidio colectivo, llevando a la población a un límite pre-revolucionario, que (lo historia nos lo dice) sólo puede llevar a un conflicto que nadie quiere, excepto los enloquecidos o los anarquistas, que piensan que cuando peor vayan las cosas, mejor. 


El Gobierno de España está obligado a cumplir y hacer cumplir las leyes. El dialogo sólo puede existir en un Parlamento o un Congreso de los Diputados de acuerdo a las leyes democráticas, que algunos desprecian, pero que nos hemos dado todos los españoles. Precisamente hemos de defender a España y por ende a Cataluña de aquellos que pretenden destruirla; de aquellos a los que las leyes les importan un bledo. Es la hora de actuar; es la hora de España.

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