sábado, 16 de diciembre de 2017

Los violentos

Tengo que reconocer que no se quién es el tal Rodrigo Lanza, ni he visto el documental que buscaba exonerarlo del delito de dejar tetraplejico a un policía (por lo visto dicen que es vomitivo y hay varías referencías a la venganza), pero por otro lado no deja de ser curioso que los de siempre de una manera más o menos clara dejen entrever que la víctima tenía determinadas ideas (como si esto justificara la agresión que acabó en el fallecimiento que todos conocemos) y que el presunto agresor (que ya pasó 5 años en la cárcel por la mencionada agresión al policía) halle apoyo en la inmundicia ideológica que cree que odiar está bien siempre y cuando sean de los mios contra "los otros" (en eso se incluyen las ofensas a las mujeres en función de la ideología del que ofende y la ofendida); la misma asquerosidad ideológica (que todos conocemos) la cual decía que había que "cazar fachas o pijos" (todo el mundo sabe que utilizan la palabra "facha" no para referirse a un fascista, sino para insultar a todo aquel que no piense como ellos) y que en muchos casos utiliza las redes sociales para vomitar toda la basura que llevan dentro.


Ya no debería extrañarme, pero la verdad es que esto demuestra no ya la doble vara de medir de unos y otros, sino que algunos de una forma patética e infame buscan el enfrentamiento por cuestiones de diversa índole, especialmente la ideológica. Hace unos días, escribía sobre la famosa elegía de Miguel Hernández a su amigo Ramón Sijé. Hernández era comunista y no católico; Sijé era de derechas y católico. Tenían diferencias, pero por encima de todo estaba la amistad y se profesaban admiración mutua. Fue tanto lo que se querían que cuando Sijé falleció, Hernández estalló de dolor. Toda la elegía mostraba el profundo dolor por la perdida del amigo perdido. Estamos hablando de los años 35 y 36 (quedaban meses para la guerra que había de destruir relaciones tanto familiares como de amigos).
Los violentos (y me da igual de la ideología que sean) merecen ser echados y desterrados de una sociedad que busca la igualdad, el respeto y el compromiso entre las personas. La muerte de una persona NUNCA es justificable y tampoco se justifica que por el hecho de defender a una persona utilizando el marco legal español (que es perfectamente democrático) se hable de "trama policial" o "invenciones del juez". Los que han defendido (y en algunos casos siguen defendiendo) al tal Lanza ya debieron pedir perdón hace mucho tiempo.

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