martes, 5 de diciembre de 2017

Respeto a los difuntos

Si algo falta en la sociedad actual es el respeto. En todas y cada una de las sociedades del pasado se tenía un respeto casi reverencial por aquellos que fallecían independientemente de la religión que se profesara o si se creía o no creía en Dios. Sin embargo, actualmente vemos como en función de la ideología del finado o simplemente por odio vemos determinados comentarios ofensivos (generalmente en Twitter) donde no sólo no se guarda el debido respeto, sino que algunos se alegran de su fallecimiento e incluso hacen chistes sobre el mismo. Si dicen eso (vomitan más bien) de los muertos, imaginense qué dirán de los vivos. 
Por supuesto que eso debe tener una reprimenda legal. No vale ampararse en la libertad de expresión (mal entendida o mal usada) para soltar lo primero que se nos venga a la cabeza al igual que Twitter no puede ser una jungla en la que cada uno haga lo que le de la gana. Ya sea en redes como en la vida real (en la calle) tiene que haber un respeto mínimo para que podamos convivir.
Por otro lado, debe haber una reprimenda social, que en muchos puntos no se está dando porque hay gente que considera licito odiar. Hace poco leí cierto artículo de opinión en determinado diario digital y escrito por individuo lamentable (no paso el link porque no quiero darle publicidad) en el que se venía a decir que las personas teníamos derecho a odiar y que hasta esa libertad para odiar se estaba coartando en España con referencias más o menos explicitas al fallecimiento del anterior Fiscal General del Estado que utilizaron algunos para echar toda su bilis.  Lamentable artículo y que no es el primero de dicho diario en el que se confunde libertad de expresión con libertad para odiar y que no debe haber reprimenda judicial contra los delitos de odio (como en algún que otro país como Alemania o Francia). Es lamentable que haya personas cuya gasolina sea el odio y la intolerancia. 
Todas las sociedades se autodefinían en gran medida por sus respeto a sus muertos y donde no hay respeto a los difuntos, los cuales han partido a eso tan desconocido para muchos que es el Más Allá, no puede haber sociedad. Esto me lleva a pensar que estamos involucionando hasta el punto de llegar a la barbarie más atroz.

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