domingo, 4 de febrero de 2018

El gigante de Alzo

En una habitación una pareja espera ver un espectáculo por el que ha pagado entrada. Allí serían testigos de como un gigante, tras salir de un improvisado telón, se acercaba a ellos. No era un Goliath revivido, pero el filisteo al que David abatió con una honda debió tener más o menos la misma estatura. El gigantón en cuestión se llamaba Miguel Joaquín Eleizegui Arteaga y era natural de Alzo, un pequeño pueblo de la provincia guipuzcoana. A ese hombre le conocerían bajo el sobrenombre del Gigante de Alzo.


Las fuentes oficiales dicen que legó a medir 2,27 metros de altura y tenía 2,42 m de envergadura, aparte de pesar 212 kilos. Su vida no fue fácil y no por su estatura (al menos en un principio). Cuando tenía diez años perdió a su madre y de hecho mantuvo una infancia y adolescencia normal hasta que con 20 años desarrolló acromegalia (enfermedad que afecta a la hormona del crecimiento), comenzando a destacar por su elevado tamaño. Tras trasladarse a Tolosa comenzó a tomar relevancia y a ser conocido.


Sería José Antonio Arzadun, vecino de Lecumberri, Navarra, quien propuso al padre del gigante el exhibirlo por diferentes lugares llegando a un acuerdo en 1843. De esta forma, comenzando por Bilbao, fue exhibido ante personas pudientes en habitaciones privadas o en salones reales de diferentes países europeos. Miguel Joaquín solía ir vestido de turco o de General de la armada española, poniéndose al lado de los espectadores que quedaban asombrados ante su altura. 
Intentaron que se casara con una mujer inglesa que le llegaba hasta la barbilla con el objetivo de mejorar el espectáculo, pero Miguel Joaquín, probablemente hastiado de tanto viaje, rechazó la oferta volviéndose a su pueblo natal. Moriría en 1861 de tuberculosis cuando tenía 43 años. 


Ahí no acabó la historia: el cuerpo fue enterrado en el cementerio de su localidad. El esqueleto se creyó que fue robado y que acabó en manos de algún coleccionista, pero en Agosto de 2020, en una excavación de la Sociedad Científica Aranzadi, hallaron sus huesos en el osario del cementerio de Alzo.

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