martes, 1 de mayo de 2018

¡¡¡Hitler muerto!!!

Hitler se había enterado de como había acabado Mussolini. Tras ser ejecutado y colgado como un cacho de carne, el Führer padeció una de sus muchas crisis nerviosas en aquel búnker maloliente y donde los jerifaltes nazis vivían hacinados ante el evidente fracaso que había supuesto la guerra. Lo que sí tenía claro es que a él no le pasaría como al duce. La única salida era el suicidio. 


En el amanecer del 30 de Abril de 1945, pidió sorpresivamete reunir a todo el cuerpo médico, despidiendose de él, ante la estupefacción de algunos. Según cuentan estuvo viendo un cuadro de Federico el Grande en su despacho y luego a continuación ordenó que el personal que no fuese indispensable abandonara el búnker. 

Eva y Hitler

El dictador dio estrictas instrucciones a sus ayudantes Otto Günsche y Heinz Linge de como debían actuar y que hacer con su cuerpo y el de Eva Braun con la que después de mucho tiempo de amante, acabaría casandose. Así Eva, la joven y hermosa Eva, acabó muriendo como Eva Hitler.
Hacia el mediodía, se reunió con sus secretarias y almorzó según parece una comida basada en pastas. Tras despedirse de todos, Hitler y se reunieron frente a la sala de mapas contigua al despacho privado y Günsche y  Lingequienes cerraron la puerta. Un par de minutos después se escuchó un solo disparo. Tras esperar unos unos 15 minutos, los ayudantes se encontraron a Hitler doblado sobre sí mismo en un sillón exhibiendo una mueca  en su boca, con una pistola caída de su mano derecha y con un hilo de sangre manchando su cara. Eva no alcanzó a percutir su arma y estaba tendida con los ojos aún abiertos. El efecto del cianuro había sido poderoso. Ambos fueron incinerados. La idea no era sólo morir, sino que no encontraran sus cuerpos y los exhibieran como habían hecho con el dictador italiano. 


La noticia del suicidio de Hitler corrió como la polvora y ya casi desde el principio se lanzó la idea (leyenda urbana) de que tanto Hitler y Eva habían sobrevivido y habían huido a Latinoamérica, previo paso por la Península Ibérica o incluso las Islas Canarias. Costaba creer que el hombre que había incendiado Europa, hubiera acabado de tal forma. 


Lo cierto es que había muerto. La duda lanzado de forma intencionada por las autoridades de la URSS (cuyo ejército había llegado primero a Alemania), que ocultaban información relevante sobre el suceso. No obstante, aún hay gente que cree que Hitler vivió después de eso; que Hitler había sobrevivido al propio Hitler. 

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